martes, 2 de abril de 2013

Mirar cara a cara a la muerte

Murió ayer.
Desde que nos conocimos, miró cara a cara a su miedo: Morir rápido (él subrayaba "rápido").
Y fue de ese miedo de lo que hablamos. Y de la muerte. Y de cómo su proximidad pone en su lugar todas las cosas. Marca inequívocamente las prioridades.
Cuando me despedía, tras la última charla (era yo la que hablaba. Él, que no podía hacerlo, se limitaba a lo esencial por escrito) me "dijo": "Me hacen bien tus visitas."
Hoy lo he buscado y he encontrado su cama ocupada por otra persona.
Cruzó la puerta anoche.
Como los dos sabíamos que sucedería.

2 comentarios:

  1. Últimamente amo tanto la vida que me pido morirme pronto, antes que se me mueran mas o se me deterioren ellos o nuestros sueños.
    No me da nada de miedo la muerte, que es volver a la nada y al no ser, a la no conciencia, o a lo mejor esto no es mas que otra mas de las fantasmadas que anegan mi tonta vida...
    algun dia te contaria alguna, pero mejor no.

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  2. Me encantaría que me contaras.
    En privado, of course.
    Besos, Marinina.

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