En medio de la pérdida, del sufrimiento y de la muerte, descubro a veces flores de pura humanidad, de una belleza tan.. sagrada, tan tierna, delicadamente preciosas, que tengo que quedarme en silencio.
Entonces toco al otro.
Acaricio su ser.
Abro mi centro a su presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario