martes, 30 de abril de 2013

lunes, 29 de abril de 2013

Coraje



Si tienes el coraje de tocar la vida por primera vez,
nunca sabrás lo que te golpeó.
Todo lo que el ser humano ha pensado,
sentido y experimentado desaparecerá,
y nada se pondrá en su lugar.
UG

Desde el alma

Está bien conocer y manejar todas las técnicas. Pero cuando se toca el alma de un ser humano, se ha de hacer... desde el alma.
(Jung, citado de memoria y diciendo la verdad..)

Nacimiento

Hoy (dos bebés y un joven adulto muertos, y tres familias afrontando la pérdida), la joven psicóloga que hace prácticas a mi lado me decía que nunca pudo imaginar que hubiera tanto "de bueno" (eran sus palabras) donde antes ella sólo podía ver sufrimiento. Que estaba admirada de la fuerza y el temple de la gente ante situaciones tan duras.
Tenía la mirada maravillada.
En silencio, yo celebraba el nacimiento de una terapeuta.

En plena humanidad

A veces, el "más difícil todavía" viene solo.
Tres familias en duelo en una mañana es suficiente dificultad, incluso para mí.
Y, más allá de mí misma y mis líos y relíos personales... sigue deslumbrándome la belleza desnuda de lo humano.
En salud y en enfermedad. En vida y en muerte.
En plena humanidad.

Cinco minutos

El aprendizaje más duro de mi vida: Ser capaz de estarme cinco minutos seguidos sin buscar el "más difícil todavía".

Machado, una tarde como esta

"Tras estos tiempos vendrán
otros tiempos y otros y otros,
y, lo mismo que nosotros,
otros se jorobarán."
(Machado, en una hora de buen humor)

Salvados por la campana

Razón, reflexión, inteligencia...
Mentira todo.
Al final, nos salva -si es que nos salva- la campana.
Que se lo digan a Frodo en el Monte del Destino.
Si no llega a aparecer Gollum... todos jodidos.

Hasta qué punto

Por mucho que haya gente que me conozca bien, sólo yo sé hasta qué punto puedo ser idiota.

Esta puta tristeza

Qué cansada me tiene
esta puta tristeza
que se cuela a traición
sin que yo le haga nada.

Que cansada y qué triste
de no tener motivo,
de puta, traicionera
tristeza inmotivada.

Qué tristeza tan pobre,
tan desnuda y vacía,
tan de tarde de lluvia
en plena primavera,

Que cuentos tan... banales
los que puedo contarme
para sentirme triste
sin que nada suceda.

Pura tristeza humana
de vidas no vividas,
de vidas que pasaron
vividas a la fuerza,

vividas... como fueron,
como quisieron ellas,
sin pedirme permiso
ni llamar a la puerta.

Sentada en la tristeza
como en una butaca,
miro pasar motivos
como si navegara

por la red de mi vida
de imagen en imagen.
Nunca faltan motivos
para una tarde amarga.

A.S.
(De: Una mujer mayor)







sábado, 27 de abril de 2013

Sin pedirme que cambie

Fin de
semana.

Desayuno
tardío,
despeinada,
y apenas
des-vestida
con tu vieja
camisa
a cuadros
y unos
calcetines

-pero
la celulitis
y alguna que otra
araña
vascular
desmienten
cualquier
glamour
posible
de la escena-.

Antes,
hemos hecho
el amor

-amor de gente
que madruga,
de sábado
lluvioso,
de cuerpos
conocidos
que confían-.

Te miro,
al otro lado
de la mesa,
mordiendo
la tostada,

y recuerdo,
de pronto,

que llevas
treinta años
de quererme

sin pedirme
que cambie.

A.S.
(De: Una mujer mayor)


El río de las cosas

No son de nadie,
las cosas.

Sólo llegan,
de paso,
para quedarse un rato.

Se remansan,
las cosas,
en tu vida,
permnecen
y siguen su camino.

El coche
viejo,
la ropita
pequeña
de tus hijos,
el anillo
de bodas
de la madre,
tu medalla
de niña,
los libros
olvidados
en la última
mudanza.

La cosas
cargadas
de tu aroma,
cargadas
de tu alma,

las cosas
qué son ellas,
únicamente ellas,

fluyendo
por las vidas
de la gente,

fluyendo
por el tiempo,

fluyendo
por el río
de las cosas

que nunca
se detiene.

A.S.
(De: Una mujer mayor)


jueves, 25 de abril de 2013

Hoy

No soy tan estúpida como para pensar que he llegado a algún sitio.
Pero puedo agradecer el don de un paisaje calmo.
Hoy.

Libertad

Cuando el miedo duerme, aparece el sabor de la libertad.

Soledad

Tal vez, la aceptación de la soledad irremediable (lo que en absoluto excluye el amor), sea el fruto más dulce de la madurez.
La soledad (también) en la presencia del otro.
La humana soledad.
La soledad de ser quien se es, como se es.
La soledad de ser.

Calma y placer

Salida del trabajo.
Brisa fresca en un día de sol.
El gozo de estar viva, en un cuerpo capaz de placer y de calma.

miércoles, 24 de abril de 2013

(de momento)

(de momento) ha dejado de interesarme el futuro.
Estoy agradablemente sorprendida.

¿Sabes?

¿Sabes?
Gracias a ti he sabido, sabido completamente, lo que es ser amada.
Sólo quería que lo supieras.

(A J.)

Santiago Gascón: Una familia normal

Un libro hermoso, de un humor (y de un amor)  tierno.
Una madura mirada masculina sobre las cosas que son realmente importantes.
Ah, y se disfruta mucho más si conoces al autor.
Y a casi todos los personajes.
Gracias, Santi.

(Santiago Gascón: Una familia normal.

Xordica Editorial. 2012)

Un hermoso aprendizaje

Contener.
Amar.
Estar allí.
Soltar.
Es un hermoso aprendizaje.

Cómo explicarlo...

Cómo explicarlo...
Esta gente, esta gente que sufre, me está enseñando a ser... presencia.
Cuando no se puede ser otra cosa.
Cuando es lo único que puedo ser.

Pequeña comunión

Tampoco el trabajo me da lo que busco.
Pero tal vez el tiempo me esté dando el no buscar.
El encontrar, sencillamente, lo que hay...
En mí.
Fuera de mí.
En la pequeña comunión de este momento.

A través del tacto

Gran parte de mi trabajo se hace a través del tacto.
Apretando una mano.
Acariciando un hombro.
Abrazando a quien llora.
Estando allí, sin más.

Flores de humanidad

En medio de la pérdida, del sufrimiento y de la muerte, descubro a veces flores de pura humanidad, de una belleza tan.. sagrada, tan tierna, delicadamente preciosas, que tengo que quedarme en silencio.
Entonces toco al otro.
Acaricio su ser.
Abro mi centro a su presencia.

Intensamente suave

Es bueno transitar por un paisaje suave.
Intensamente suave.

martes, 23 de abril de 2013

Aspiraciones

De jovencita quería ser la mujer del Buda. Cosas de los años prefeministas.
Más adelante, quise ser la Buda propiamente dicha.
Ahora, me basta y me sobra con ir siendo Amelia..
A lo mejor, en algún momento, llego al punto de tener suficiente con ser.
O incluso con no ser.
O con ser y no ser.
O con ni ser ni no ser.
O con lo que vaya tocando.

lunes, 22 de abril de 2013

Tabaco y yo


Fumando
un cigarrillo,
encuentro
que me gusta
más
que ciertos
hombres
de los que
alguna vez
pasaron
por mi vida.

El humo
suave
envuelve
mi interior,
y yo
sonrío
a mi placer
pequeño,
a la dulzura
de una tarde
de caladas
y teclado
y bienvenida
soledad.

A.S.
(De: Una mujer mayor)

Corazón de estaño

Un corazón
de estaño,

duro
de morder,

como el papel
que envuelve
el chocolate,

interrumpiendo
el dulce flujo
de la sangre,

rasgando
la ternura,
tan pequeña,

tan improbablemente
necesaria.

A.S.
(De: Una mujer mayor)

Conquistar la ternura


Lleva años
llegar
a la amplitud.

Lleva
una vida
seducir
al miedo.

Lleva
dolor
virar
al dulce
la mirada,

conquistar
la ternura
invulnerable.

A.S.
(De: Una mujer mayor)

Una mujer mayor



Tal vez
llegó
el momento
de parar
a preguntarme
dónde voy
tan deprisa.

Tal vez
llegó
el momento
de bajar
la guardia
y caminar
tranquila.

Porque,
tal vez,
no quede
demasiado
a donde ir
que sea
tan importante.

Nada
tan importante
como el paisaje
que transito
hoy.

Tal vez
-sólo
tal vez-
llegó
el momento
de olvidar el peso,
de olvidar
las arrugas
y el juicio
ajeno
sobre mi cintura,

y disfrutar,
sencillamente,
de mi dulce
cuerpo.

De pensar
en la dieta
sólo
por el gozo
de la comida
limpia
y el agua
fresca.

De pensar
en la ropa
por el puro
placer
de la textura,
y el color
y el abrigo.


Quizás
no sea
tan importante
ser menos bonita
que hace años,
a los ojos del otro,
sabiendo,
como sé,
que hay más belleza
en mi interior
de la que nunca hubo
tiempo atrás.

Tal vez llegó
-por fin-
la hora
de abrir
esa belleza
a mi mirada,
se haga
o no
transparente
a otra distinta.

Tal vez sea
muy bueno,
hermosamente
bueno,
esto de ser
una mujer
mayor.

A.S.
(De: Una mujer mayor)

Reflexionando


RESISTIR AL MIEDO, GOLPEAR JUNTOS
Gerardo Pisarello y Jaume Asens
Juristas y autores del libro ‘No hay derecho (s): la ilegalidad del poder en tiempos de crisis’ (Ed. Icaria, 2012)
"Llevamos casi cinco años conviviendo con un capitalismo desbocado que no acepta límites. Que avanza sin pudor y aspira a mercantilizarlo todo. La vivienda, la sanidad, la educación, el espacio público, las relaciones afectivas. Para avanzar, este proceso necesita quebrar la autonomía individual y colectiva. Aislar a las personas y reducirlas a la servidumbre, a la impotencia. El consumismo dirigido, la alienación programada, son eso: figuras de la impotencia. La otra es el miedo. A ser desahuciado, a perder un empleo, a no poder pagar las deudas, a ser multado en el metro, a ser expulsado por no tener papeles, a ser detenido en una manifestación o en una ocupación. El individualismo, el miedo, la servidumbre voluntaria e involuntaria, son formas de impotencia que se dan la mano. Todas están en la base de la deudocracia.
Esta historia, desde luego, no es nueva. La deudocracia es hija del neoliberalismo. Y este del afán capitalista de soltar amarras. De librarse de las ataduras impuestas por las luchas y resistencias populares. Tras el hundimiento del socialismo irreal, lo sabemos, la bestia no quiere bozal. No tolera los límites jurídicos, los derechos, las leyes. A menos, claro, que sean sus propias leyes. Las que benefician a los bancos, a los grandes evasores fiscales, a la oscura trama de la cleptocracia. Esas leyes, sí. Las que aseguran la “culpabilidad de las sardinas” y la “impunidad de los tiburones”, como decía la gran Rosa Luxemburgo. Lo otro, los derechos humanos, son un incordio. Una atadura inaceptable. Da igual que se trate de los derechos sociales y ambientales que de los civiles y políticos. La bestia no quiere bozal, ni críticas, ni protestas que se le vayan de las manos. Solo consumidores dóciles y atemorizados. Puede aprobar sin inmutarse normas indecentes que dejan a miles de personas sin trabajo, sin casa y sin futuro. Pero ladra indignada contra un piquete sindical o contra las pegatinas de un escrache. Así, mientras estrangula el Estado social, mientras liquida los bienes comunes, monta el Estado penal, la excepcionalidad punitiva, la vigilancia continua.
La ciudad vigilada, la ciudad del miedo, está en el núcleo de la barbarie neoliberal. Prácticas de disciplina que traspasan los muros de la prisión y se extienden por la metrópolis.
Escáneres en los aeropuertos, huellas digitales, registro de datos en la red, cámaras de vigilancia, seguridad privada en parques y plazas. “La policía en todas partes, la justicia en ninguna” como escribía Víctor Hugo en el siglo XIX. Una especie de guerra de baja intensidad que no se libra en las trincheras sino en los supermercados, en los parques, en el metro, en los sofás de las casas. Una guerra que levanta muros, fronteras y que convierte la ciudad en un gran panóptico en el que todos somos reclusos y guardias. Atentos vigilantes del vecino, convertido en una amenaza. Y junto a esa represión velada, aceptada de manera casi voluntaria, la otra. La represión pura y dura contra los excluidos y contra los disidentes. Huelguistas, activistas sociales, trabajadoras sexuales, graffiteros, mendigos, migrantes sin papeles, jóvenes sin futuro. Todos en el punto de mira de las ordenanzas del civismo, convertidas en auténtica constitución de la ciudad. Todos en el punto de mira de unos códigos penales que se endurecen a medida que aumentan la desigualdad y la resistencia.
La criminalización de la protesta, de la disidencia, tampoco es nueva. Pero se acelera cuando la resistencia crece. Se vio con la irrupción del 15-M, con las huelgas generales, con el rodeo al Parlament de Catalunya, con el 25-S. Primero, el paternalismo condescendiente, la zanahoria. Luego, el palo, el rostro torvo de los gobiernos market friendly. A medida que las políticas de austeridad se han ido intensificando, las derechas y sus cómplices han rivalizado en iniciativas represivas. Hoy, mayor contundencia policial y judicial. Mañana, restricciones al derecho de reunión, prohibición de ocultar el rostro en las manifestaciones y designación de fiscales especializados en “guerrilla urbana”. Más tarde, apertura de sitios en Internet para que los “ciudadanos” puedan delatar a los “antisistema”, ampliación de conductas constitutivas de atentado contra la autoridad, asimilación de las protestas a conductas terroristas o prototerroristas, monitorización policial de las redes sociales.
Es el derecho penal del enemigo. El que no tiene empacho en ir “más allá de la ley”, como decía el consejero catalán Puig. O en recurrir a la “ingeniería jurídica” si hay que quitarse de encima alguna garantía incómoda, como declara el ministro Fernández Díaz. Es el no derecho. El que criminaliza a cualquiera que ose levantar la voz. El que expulsa de las plazas a los indignados, el que trata como “ratas” a los huelguistas y como “nazis” a los desahuciados. Y junto a él, el derecho penal de los amigos. El que se pone al servicio del poder y mira hacia otro lado cuando hay fraude fiscal, el que indulta a los grandes banqueros y promueve o absuelve la violencia policial. Tampoco aquí la originalidad es absoluta. La violencia punitiva del Estado siempre ha encontrado sus enemigos. Y cuando no, los ha inventado. La inquisición persiguió a las campesinas despojadas de sus tierras acusándolas de brujas. Las clases propietarias persiguieron a los obreros acusándolos de degenerados, de hienas, de chusma, de vagos. Vistos con dimensión histórica, calificativos como perro-flautas o  terroristas son variantes, a menudo, de un odio lejano. El que lleva implícita la demofobia, el odio clasista (e incluso racista) de los poderosos a quienes pueden poner en peligro sus privilegios.
Llevamos años, décadas, conviviendo con un capitalismo sin complejos que pretende reducirlo todo a simple mercancía, a beneficio inmediato. Su avance ha dado lugar a múltiples formas de barbarie. Aumento de la pobreza, depresiones, suicidios, centros de internamiento, brotes xenófobos. Pero también está generando, en su afán totalizador, inéditos espacios de solidaridad, de resistencia. Un día es la PAH, el digno de quienes ponen el cuerpo para parar desalojos. Otro, las movilizaciones contra la privatización del agua, las huelgas, las decenas de iniciativas cooperativas, anticapitalistas, que surgen aquí y allá. Después del diluvio neoliberal, estas iniciativas pueden parecer modestas. Pero están consiguiendo el que parecía imposible. Que la clase política que ha gestionado la deudocracia, la cleptocracia, esté más deslegitimada que nunca. Que el régimen bipartidista y monárquico heredado del franquismo y hoy rendido a la troika comience a aparecer como un lastre insoportable. Esta deslegitimación puede, claro, traducirse en resignación, en abandono. Pero puede alimentar, ya lo está haciendo, reacciones de indignación que muten en luchas por la dignidad, por la constitución de algo nuevo. Que eso ocurra no depende de ninguna ley divina. Depende de nosotros. Porque lo que no ha sucedido nunca –como escribió Schiller– no envejece. Sigue allí para quien tenga la capacidad de rescatar del olvido las luchas y los sueños de quienes nos precedieron. Y para alimentar, con esa memoria, nuestras propias razones para estar y golpear juntos. Contra el miedo, y por la libertad."

Cosas

Cuanto mejor se está, menos se escribe.
No es una regla general, pero tiende a...
Al menos, en mi caso.
Debería aprender a escribir sobre el bien-estar.
Que también sucede.

sábado, 20 de abril de 2013

Escrache online

No puedo resistir la tentación de reproducirlo.


Es... una perla del cutrelux reivindicativo.
Irepetible....

Sin más

Puedo ver belleza en la alegría y en el dolor.
Puedo ver belleza en la vida y en la muerte.
Demasiado de mí en la mirada.
Demasiada belleza, para mi gusto.
Ha de llegar el momento en que vea, sencillamente, que todo eso es, ni más ni menos,. lo que es.
Que todo eso es.
Sin más.

Con la pérdida

Con frecuencia pienso en la pérdida.
En los que se van a casa después de perder lo que aman y han de seguir viviendo.
Ese día y todos los días.
Con la pérdida.

viernes, 19 de abril de 2013

No pudo ser

Parada. Reanimación. Parada. Reanimación. Parada...
Así, toda una larguísima mañana, entre la UCI neonatal y la sala donde esperaba la familia.
No pudo ser.
Se fue.
Se fue, y luego acompañé al cuerpecito, bellísimo en su palidez y su dulzura, a los brazos de sus padres, y acompañé, por unas horas, a esos padres, en el camino de un dolor para el que no hay posible descripción ajustada.
Tenía veinte días.

Vértigo y armonía

Hay vértigo y armonía en las UCIs.
Hay vida y muerte y una densidad de humanidad como jamás había encontrado.
He perdido la cuenta de los fallecimietos, de las altas, de los trasplantes de hígado, de corazón, de pulmones...
He perdido la cuenta de los que no llegaron a tiempo.
Y de los que sí.
Pero hoy... Hoy, en este momento en el que escribo, están trasplantando un corazón a un chico de 15 años.
Y eso, eso... es un milagro.
Y una fiesta.

Presente

Me asombra este sencillo vivir el presente.
Esta carencia de planes.
De necesidad de planes.
De compulsión a-escribir-o-comunicar-o-lo-que
fuera-o-fuese.
Esta repentina ausencia de autoexigencia.
¿Será que no hay mucho que hacer, hoy al menos?
¿O será que la agenda la marca, no mi ansiedad neurótica por rendir, sino otra instancia que nada sabe de mis gustos y disgustos?
Quedarse sencillamente en calma, cuando toca.
Qué buen plan.

lunes, 15 de abril de 2013

¿Será que sólo nos falta el valor?

¿Qué estamos haciendo? ¿A qué estamos esperando para unirnos Francia, Italia, España, Irlanda, Grecia, Portugal, Chipre, y tantos otros, plantar cara a Alemania e invitarla a cambiar de política o salir del euro inmediatamente, junto con quienes quieran acompañarla? ¿Hasta cuándo vamos a permitir que nos destruyan uno a uno a mayor gloria de un capital despiadado?
Somo mayoría. Tenemos de nuestro lado la ética, la razón y el aval de los mejores economistas del mundo.
¿Será que sólo nos falta el valor?

Estamos tocando el fondo, o el cuidado de la palabra

Me duele, me raspa el alma el mal uso de la palabra en tiempos de tanto sufrimiento.
Me duelen el cinismo, la descalificación fácil, la degradación gratuíta.
Me duele la falta de sentido y de amor que encuentro en mucho discurso orgulloso y estéril.
Creo que, hoy más que nunca, hemos de poner cuidado en el verbo, en la actitud  y en la acción.
Que no podemos permitirnos sumar desamor ni crueldad al desamor y la crueldad que están pugnando por ganar nuestro mundo.
Escribir es un don. Y ese don, como todos, ha de ser valorado, respetado y utilizado como servicio. 
Porque el verbo es creador. Y porque necesitamos su capacidad de transformación, en la sencillez y la humildad.
Por eso, cuando lo veo despreciado o, directamente, mal empleado, me parece... inmoral.
Nuestro mundo está hambriento de ternura. Como decía Powels, citando a un anciano militante, necesitamos empapar de amor las pesadas masas de materia, hasta humanizar, a fuerza de tesón y de verdad, este terrilble tiempo nuestro.
Vivimos, vivo demasiado cerca del sufrimiento de demasiada gente como para aceptar sin dolor que se añada frío al frío.
Amo la palabra por aquéllo a lo que apunta y por aquéllo que puede hacee nacer.
Porque, como dice Celaya en el poema que a continuación trascribo, "es un arma cargada de futuro".
Que sepamos respetar la palabra.
Que la usemos con amor y verdad.

  LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas.  Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

Gabriel Celaya





El triunfo final del capitalismo salvaje

Cada vez tengo más la impresión de que el objetivo real de una política económica sencillamente aberrante, como la que se está implementando en Europa, (aparte de que la Merkel gane las elecciones, y que Alemania se financie gratis), es la destrucción consciente de ese hermoso fruto europeo que fue el Estado del Bienestar.
Si destruímos el ideal de Occidente, la mejor y más ética forma de organizar la sociedad hasta ahora diseñada por el ser humano, ¿cómo nos justificaremos ante nuestros hijos? ¿Cómo nos justificaremos ante los demás pueblos de la tierra,, para los que hemos sido una referencia y ante los que somos responsables?
Saldremos (alguna vez) de la crisis. Sin sanidad ni educación pública, sin convenios colectivos, sin derechos laborales, sin libertades, sin salarios ni pensiones dignas...
El sueño dorado de la clase dominante.
El triunfo final del capitalismo salvaje.
El final de un sueño de siglos.
El sueño de la libertad, la igualdad y la fraternidad entre y para todos los seres humanos.

Alemania: Rehacer Europa o salir del euro.


“Alemania debe decidir si quiere rehacer Europa o salir del euro”

George Soros se muestra en esta entrevista muy crítico con el papel de Alemania en las sucesivas crisis de la Unión Europea. Sostiene que es necesario recuperar el espíritu de “cooperación” entre los países de la Unión



"George Soros (Budapest, 1930) insiste en que ya no es un inversor activo. Y aun así, el financiero y filántropo llega a Barcelona con una agenda de infarto. Soros, 30ª fortuna del mundo según Forbes, acude a la capital catalana para presentar la sede europea de su red de fundaciones. Muy crítico con el papel de Alemania en las sucesivas crisis de la Unión Europea, sostiene que es necesario recuperar el espíritu de “cooperación” entre los países de la Unión.
Pregunta. EE UU ha optado por reactivar la economía a pesar de que los presupuestos del presidente Barack Obama prevén ya reducciones de gasto social. ¿Es el momento de retirar estímulos o es pronto?
Respuesta. El mundo entero entiende que no se puede reducir la carga de la deuda rebajando el presupuesto en condiciones como las actuales, porque ese indicador es la relación de la deuda con el PIB. Si se recorta el presupuesto, se rebaja el PIB en una mayor proporción, con lo que se acaba agravando el problema. Esto se admite en todas partes salvo en la zona euro.
P. La Comisión Europea pospuso la recuperación de España hasta 2014. ¿Hay que dar más tiempo para hacer los ajustes?
R. Necesitan cambiar esa política que está empujando a Europa a una depresión de larga duración y aumentando las diferencias y las divergencias de competitividad. Eso está separando cada vez más a los países deudores de los acreedores y creando una interacción catastrófica.
P. ¿Las diferencias entre norte y sur se han hecho más evidentes tras la crisis de Chipre?
R. La crisis del euro ya ha transformado la UE de una asociación voluntaria entre estados iguales a una relación entre acreedor y deudor. Y en situación de crisis, los acreedores dictan los términos de la relación, que llevan a los deudores a una peor situación. Eso condena a la UE a un futuro muy sombrío.
P. En un mes hemos vivido una crisis en Chipre, otro episodio en Portugal y ahora viene Eslovenia. ¿Cómo parar la espiral?
"La UE es ya una asociación entre estados deudores y acreedores"
R. Cambiando las políticas. La política de ahora lleva a una dinámica que consiste en sufrir una crisis tras otra, porque solo cuando el panorama se pone muy feo los países acreedores, liderados por Alemania, extienden cierto apoyo sobre los deudores. Pero nunca funciona, porque siempre es demasiado poco y demasiado tarde. Alemania debe decidir si quiere rehacer la UE de la forma en la que originalmente estaba destinada a ser, lo que supone aceptar las responsabilidades y cargas necesarias para avanzar en esa dirección, o bien debe considerar salir del euro y dejar al resto de los países que creen los eurobonos y puedan combatir la crisis.
P. ¿No cree que la salida de Alemania supondría el fin de la moneda única?
R. No, no lo sería, porque los países deudores todavía tendrán el euro y el Banco Central Europeo. Los deudores todavía necesitarían seguir una política común para mantener al euro como una moneda en funcionamiento, porque si no lo hicieran pagarían un precio terrible.
P. ¿La salida del euro también perjudicaría a Alemania?
R. Si Alemania se fuera, el efecto sobre los países deudores sería poco menos que milagroso. De repente, se convertirían en economías competitivas y su deuda disminuiría enormemente en términos reales con la devaluación del euro. El peso del ajuste caería sobre Alemania, que sería capaz de lidiar con él aunque con dificultades, porque de repente sus mercados se verían inundados por importaciones del resto de Europa. Así, toda la comida les llegaría de España e Italia, y la mayoría sería más barata que la elaborada en Alemania. Tendría tal vez ciertos problemas con el desempleo. Y España se recuperaría.
P. En sus artículos pide a Alemania que acepte un Tesoro y los eurobonos como piezas para salir de la crisis.
"Los países del norte sólo extienden su apoyo cuando la cosa se pone fea"
R. Sí. Tiene que ser ahora. La situación sigue deteriorándose, por lo que hay que hacer algo más drástico para cambiar de dirección cuanto antes. Así que hay que convertir la vieja deuda existente en eurobonos. Entonces el coste de la financiación caería y los presupuestos de repente se equilibrarían o incluso registrarían superávit, por lo que habría espacio para los estímulos fiscales. Sería el fin de la austeridad.
P. La futura unión bancaria prevé que el Banco Central Europeo solo pueda supervisar bancos con activos de más de 30.000 millones de euros. Eso deja fuera, entre otros, a los bancos de los länder. ¿Es suficiente?
R. Los landesbanken son muy similares a las cajas españolas, también como fuente de corrupción y mala gestión. Alemania tendría un problema con esos bancos. Con el actual acuerdo, la unión bancaria sería muy desigual porque Alemania estaría exenta de muchas medidas que se aplicarían a los deudores. Sería el caso de la seguridad de los depósitos, porque estos estarían más seguros en un banco alemán que en uno italiano o español.
P. ¿Invertiría en España?
R. No soy un inversor activo.
P. ¿Y si lo fuera?
R. Si se cambiaran las políticas, España podría convertirse en un lugar muy rentable para los inversores. Si España empezara a crecer otra vez, el desempleo disminuiría. Y ese sería un entorno favorable para invertir.
P. Ha ubicado en Barcelona la oficina de su fundación en Europa. ¿Por qué?
R. Quienes elegimos para dirigirla residen en Barcelona, así que era lo más eficiente. El propósito de la Open Society Initiative es recuperar el espíritu de solidaridad, cooperación e igualdad con los que se creó la UE.
P. ¿Esos principios ya no guían la política de los países?
R. Las autoridades han fallado en el liderazgo de Europa y estas crisis provocadas por el hombre han hecho que la gente esté pasando por un tremendo e innecesario sufrimiento que irrita a la ciudadanía. Esta ira permite a los extremismos ganar apoyos. Hay muchas expresiones de esta rabia, es desafortunado y lamentable, pero pienso que la gente todavía cree y aspira a los ideales que representa Europa. Hay una mayoría silenciosa a favor de la UE, pero no ha hallado una forma de expresarse en política. Hay una desilusión general, una gran desafección con los partidos que los electores expresan rechazando a las formaciones existentes, por lo que debería haber una regeneración política."
(Fuente: El País, 15-4-2013)

Carta de una nieta del Holocausto a la Sra. Cospedal: Impresionante y necesaria

"SOY NIETA DEL HOLOCAUSTO NAZI Y HAGO ESCRACHE"

"Señora de Cospedal,
Su afirmación de que los ciudadanos que hacemos escrache somos como los nazis es muy ofensiva y una seria falta de respeto. Si no ha estudiado la historia de Europa del siglo XX le animo a hacerlo sin demora. Pero primero quiero que conozca los nombres de algunos de mis familiares que fueron asesinados (la mayoría gaseados) por los nazis: Kürt Gefäll de 38 años; Elsa Gefäll, de 63 años; Rosa Gefäll, de 72 años; Matilde Gefäll, de 67 años; mi tío abuelo Anton Gefäll, de 49 años; mi bisabuela Pauline Feil, ciega de 88 años, y mi tía abuela Hermina “Mina” Gefäll, de 66 años, que cuidaba de su madre Pauline en su pequeño piso de Viena.
Tengo una postal de julio de 1942 que la tía Mina consiguió mandar a su hermano, mi abuelo, Willy Gefeall, que vivía en Madrid, desde el Centro de Detención de Viena antes de ser deportada al campo de concentración de Izbica, en Polonia, donde fue asesinada. En la postal dice: “Querido Willy, aquí hace frío y niebla. No te preocupes sobre adónde nos van a llevar. Ya te mandaremos noticias en cuanto lleguemos. Con cariño, Mina”. Obviamente, mi abuelo no recibió más postales de sus hermanos o de su madre.
Lo que sí hizo mi abuelo fue dedicar los últimos años de su vida, desde su despacho en la oficina de patentes donde trabajaba en Madrid, a falsificar pasaportes y sacar a judíos de Europa por Portugal a Estados Unidos. Sin que lo supiera nadie, ni su propia familia. Durante esos años en Madrid, mi abuelo Willy recibió numerosas visitas de la Gestapo, de la unidad que Hitler tenía en Madrid colaborando con Franco. La Gestapo no pudo demostrar las actividades de mi abuelo que vivía en el privilegiado barrio de Salamanca y que estaba casado con mi abuela, que creía que Franco era la salvación para España.
Los ciudadanos que hacemos escrache llevamos años dedicados a frenar las injusticias y el aumento de las desigualdades que su partido y otros llevan a cabo contra los ciudadanos más indefensos y con menos recursos: los recortes y cambios en las políticas de sanidad y educación (que afectan en especial a los inmigrantes, a los que se quita el acceso a la sanidad), la alta tasa de paro -que es el resultado directo de las “reformas” laborales-, los jóvenes que se tienen que ir a otros países a encontrar trabajo, los grandes dependientes que ya no reciben ayuda para sus cuidados básicos, el alto porcentaje de niños desnutridos, la gente que se está quedando sin casa (una familia cada 15 minutos) y mucha gente que se está suicidando por desesperación.
Ante esta situación de desmantelamiento de la sociedad que ustedes están llevando a cabo, que algunas personas peguemos una pegatina en la puerta de su casa es, en realidad, un gesto demasiado discreto.
Cuando decida usted leer la historia de Europa, le recomiendo que preste especial atención a las políticas del Tercer Reich, partido que fue elegido democráticamente, antes del holocausto y, como creo que usted es católica, la próxima vez que vaya a la iglesia, le pido que encienda una vela en honor a Mina, a Pauline, a Rosa y a tantas personas más."

sábado, 13 de abril de 2013

Formas de amor

No puedo
estar sola,
porque os llevo
en el corazón.

No puedo
usar anillo,
porque sólo
a mí
pertenezco.

A.S.

Ser y más ser

Decir la verdad ensancha el corazón.
Alimenta el alma.
Trae crecimiento.
Va de lo profundo a lo profundo.
Alumbra ser y más ser.
dentro-y-fuera-y-dentro-y-fuera-y...

Fidelidad

Soy fiel al profundo, imperfecto, humano, sagrado amor de mi corazón.
Ese que brota y se enraíza en la tierra fértil de mi alma.
A través de sus infinitas manifestaciones.
Y... gracias a mí misma, sea yo quien sea, por haberme convertido en el cuenco del que rebosa.

Alimentos

La belleza me alimenta.
La realidad, también.

Mary Oliver: Sólo una parte de la verdad



EL VIAJE

Un día supiste por fin
lo que tenías que hacer, y empezaste,
aunque a tu alrededor las voces
seguían gritando
sus malos consejos ---
aunque toda la casa
empezó a temblar
y sentiste el antiguo tirón
en los tobillos.
“¡Arreglame la vida!”
gritaba cada voz.
Pero no paraste.

Sabías lo que tenías que hacer,
aunque el viento hurgaba
con sus dedos rígidos
en las bases mismas ---
aunque su melancolía
fuese terrible. Ya era bastante
tarde, y una noche salvaje,
y la calle llena de ramas
caídas y de piedras.

Pero de a poco,
mientras dejabas las voces atrás,
las estrellas empezaron a arder
entre las sábanas de nubes,
y había una voz nueva,
que lentamente
reconociste como tu propia voz,
que te acompañaba
mientras te adentrabas más y más
en el mundo,
decidida a hacer
lo único que podías hacer --- decidida a salvar
la única vida que podías salvar.


The Journey

One day you finally knew
what you had to do, and began,
though the voices around you
kept shouting
their bad advice - - -
though the whole house
began to tremble
and you felt the old tug
at your ankles.
'Mend my life!'
each voice cried.
But you didn't stop.

You knew what you had to do,
though the wind pried
with its stiff fingers
at the very foundations - - -
though their melancholy
was terrible.It was already late
enough, and a wild night,
and the road full of fallen
branches and stones.

But little by little,
as you left their voices behind,
the stars began to burn
through the sheets of clouds,
and there was a new voice,
which you slowly
recognized as your own,
that kept you company
as you strode deeper and deeper
into the world,
determined to do
the only thing you could do - - - determined to save
the only life you could save.

(Fuente: http://el-placard.blogspot.com.es)


Nota: Es verdad. Este poema es verdad. Pero, como todo lo que es verdad, sólo es una parte de la verdad. Porque los demás existen. Y también son nosotros. No para arreglarles la vida, sino porque son (también) nuestra vida. Y nosotros la suya.
Esto me están enseñando la edad y la muerte.
La partida de mi madre.
La enfermedad, real o posible, de los que amo.
La responsabilidad, más allá del deseo.
La pérdida.
Oficiar mi oficio en la casa del nacimiento y de la muerte.
Mi libertad y mi limitación (ambas infinitamente mayores de lo que creí posible)
La fuente de amor, de sufrimiento y de realidad de mi corazón.
La trenza inextrincable de toda alma, de todo ser, de toda vida.
La Tierra.
El hermoso y terrible camino del ser humano sobre la Tierra.

Amor sagrado

Ese que fecundó mi forma de ser una mujer.
Ese que yo también puedo sentir por mí misma.

Tejer y destejer

Puede que, con la lentitud de un crecimiento orgánico, se esté gestando el embrión de un orden interno, a partir de una prima materia rica y caótica.
Un campo de fuerzas, una matriz dinámica capaz de estructurar... la forma justa para el aquí y el ahora.
El eterno trabajo de la consciencia, en su tejer y destejer.

Una mirada asombrada


La poeta del asombro

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febrero 4, 2013 por lausinamistica
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Cada mañana, Mary Oliver se levanta antes al alba y abre la puerta de su casa en Provincetown, Massachusetts. Ahí se queda un rato, observando cómo el sol traza su arco perezoso, y espera a que lleguen las palabras.
Las palabras llegan, una a una, a su lápiz negro; presurosas, como a una cita.
Hola, sol en mi cara.
Hola, tú que hiciste la mañana,
y la esparciste sobre los campos,
y en las caras de los tulipanes,
y en las campanas violetas,
de la enredadera que sacuden sus cabezas.
Y en las ventanas, incluso,
de los afligidos y los malhumorados.
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Luego  toma su anotador, lo estruja en su bolsillo trasero y se interna en el bosque. Sola. Así lo ha hecho siempre, aun cuando vivía Molly (Mallone Cook, la fotógrafa con quien compartió amor y vida por cuatro décadas). Y por buenas razones.
Habitualmente voy al bosque sola, sin un solo amigo, porque son todos sonreidores y conversadores, y por lo  inapropiados.
No me gusta que me vean hablando con los pájaros. O abrazando al viejo roble negro. Yo tengo mi forma de rezar. Sin duda, tú tienes la tuya. 
Y además, cuando estoy sola puedo convertirme en invisible. Puedo sentarme sobre un médano,quieta como un puñado de malezas, Hasta que los zorros pasan corriendo, despreocupados. Puedo escuchar dl sonido inaudible de las rosas cantando. 
Si alguna vez has venido al bosque conmigo, debo quererte mucho.
(Cómo voy a bosque)
Mary big
Poco conocida aún en el mundo hispano, Mary Oliver (75) es una poeta estadounidense, laureada con las más importantes distinciones del género (Premio Pulitzer, National Book Award), y por lejos la poeta más vendida de su país. Es, además, la legítima heredera de la sensibilidad naturalista de Ralph Waldo Emerson, Walt Whitman, Henry David Thoreau.
Su poesía ha sido catalogada como “una poesía del elogio”, algo que ella no discute, sino más bien reafirma con convicción en cada nueva creación, cuando vuelve a cantarle a la garza en el estanque, al zorro del matorral, al cedro y al girasol. También le sentaría  ”una poesía del asombro”; ya que en sus versos convive la sorpresa siempre renovada con una devoción genuina por el mundo y sus misterios.
No se trata de una devoción descarnada; por el contrario, rebosa de sensualidad. Tampoco edulcorada. “No llamen a este mundo adorable, ni útil; no se trata de eso”, dice en “¿Dónde comienza la danza, y dónde termina?”, prefiriendo definirlo así: “Es travieso, y un teatro para más que vientos suaves. / La pestaña del rayo no es mala ni es buena /El árbol impactado arde como un pilar de oro.”
Su espiritualidad sin templo ni credo no deja a nadie afuera: creyentes y descreídos, apáticos y apasionados, próceres y colibríes, robles monolíticos y mosquitos. Tampoco esconde que, cada vez que le canta a las hojas, los ciervos o los escarabajos, su canción es rezo, meditación, elegía.
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En una inusual entrevista con Maria Shriver en 2011, Oliver comparte una de las motivaciones detrás de su poesía: “No tengo gran esperanza respecto de que la Tierra pueda permanecer como era cuando yo era chica. De hecho, ya ha cambiado tanto. Y creo que cuando perdemos la conexión con el mundo natural, tendemos a olvidarnos que somos animales, que necesitamos de la Tierra. Y esto puede ser demoledor. Wendell Berry, un gran poeta, habla extensamente (en su obra) sobre la devastación que viene. Yo soy más bien de las que creen que atraemos más moscas con miel que con vinagre. Y entonces busco por el lado de ‘¿Notaste esta cosa maravillosa?’ ‘¿Te acordás de esto?’”
Rompiendo con su reserva habitual, la poeta comparte anécdotas como ésta: “”En Provincetown, donde vivo, hay una pequeña historia que es dulce. Dicen que si Mary sale a caminar, y comienza a caminar más y más lento, hasta que al fin se detiene y se pone a escribir furiosamente, uno sabe que ha sido una caminata exitosa.”
“¿No se supone que los poetas son gente tortuosa?”, quiere saber la entrevistadora.
Responde Oliver: “(En Estados Unidos) tuvimos un período largo de poetas confesionales. Y creo que muchas personas -sin duda Sylvia Plath y Anne Sexton- confundieron el trabajo que hacían con la terapia, y eso es una pena. Puede que me equivoque, pero creo que sentían que podían sanarse con su escritura, y eso no funcionó. Yo no suelo meterme con las cosas que me hacen infeliz cuando escribo. Quiero escribir poesías que consuelan, que diviertan quizás, que enciendan a las personas. No quiero decir que el mundo es del todo genial y maravilloso. Pero intento mantener el foco en lo que es bueno y esperanzador.”
Así y todo, en su extensa bibliografía ha hecho referencia a acontecimientos traumáticos de su vida, como el hecho de haber sido abusada de niña. En uno de sus poemas más amados, invita a hacer las paces con el dolor, y a abrazar la propia identidad.
Los gansos salvajes
No tienes que ser bueno.
No tienes que recorrer el desierto
arrodillado, arrepintiéndote.
Sólo tienes que dejar
que el animal suave de tu cuerpo
ame lo que ama.
Cuéntame de tu dolor,
yo te contaré del mío.
Mientras tanto, el mundo sigue.
Mientras tanto, el sol
y los guijarros claros de la lluvia
se desparraman sobre los paisajes,
sobre las praderas y los árboles profundos,
las montañas y los ríos.
Mientras tanto, los gansos salvajes,
allá arriba en el límpido aire azul,
están volviendo a casa.
Quienquiera que seas,
no importa cuán solo te sientas,
el mundo se ofrece a tu imaginación,
te llama como la voz de los gansos salvajes,
áspera y excitante, anunciando,
una y otra vez, tu lugar en la familia de las cosas.
Pero su poema más citado, es, sin dudas, Poema de verano, el de la antológica frase final. Reproducida por doquier en contextos sagrados y mundanos, esa frase ha sido espuela para despertar a la acción, ahuyentar temores y despabilar al más dormido.
¿Quién hizo al mundo?
¿Quién hizo al cisne, y al oso negro?
¿Quién hizo a la langosta?
Esta langosta, quiero decir- 
la que acaba de lanzarse desde el pasto
la que come azúcar de mi mano,
la que mueve sus mandíbulas 
hacia atrás y hacia adelante,
en vez de arriba y abajo-
la que mira a su alrededor con sus ojos 
enormes y complicados.
Ahora levanta sus pálidos antebrazos 
y se lava la cara meticulosamente.
Ahora abre las alas de un brinco, y se va flotando.
Yo no sé qué es exactamente un rezo.
Sí sé prestar atención, sé cómo caerme
sobre el pasto, cómo arrodillarme en el pasto,
cómo ser ociosa y bendita, cómo pasear por los prados
que es lo que he estado haciendo todo el día,
Dime, ¿qué debiera haber hecho?
¿No es que todo muere al fin, y demasiado pronto?
Dime, ¿qué piensas hacer tú 
con tu vida única, 
salvaje, preciosa?
Una pregunta fértil para saludar al mundo, como Mary, cada mañana.
Antes o después de recibir al sol.