Tal vez lo haya imaginado.
Tal vez no haya sucedido nunca,
pero tengo el recuerdo de una noche
de oscuridad y fuego,
de brasa incandescente
y sangre roja.
Era
más allá del espacio.
Más allá de este tiempo y cualquier tiempo,
en un lugar arcaico,
anterior a los nombres
para nombrar las cosas de este mundo.
Era
el anillo compacto,
contenido en sí mismo,
la semilla latente
ausente de despliegue.
El no ser de los seres,
el reverso del todo,
el capullo secreto,
ignorado a sí mismo,
donde nos confundimos
antes de la existencia.
A.S.
Verdadero, Amelia.
ResponderEliminarSí.
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