Qué largos, estos días.
Qué llenos de silencio y a la vez, de locura, de exigencias surrealistas, de burocracia, cotidianidad y desorden.
Aún no he terminado.
Queda mucho que cerrar.
Queda, sobre todo, llevarte, llevar lo que aquí queda de ti, a donde tú pediste.
Después, tal vez pueda sentarme.
Sentarme a conocer qué es esta semilla.
La semilla dura y tierna que tu muerte ha plantado en mí.
Una semilla de verdad más honda.
Sobre todos los aspectos de mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario