Apenas sí me queda ámbito por sacudir, ni mano para dar respuesta a tanta demanda, ni hueco en el corazón para una sola emoción más.
Pero a la vida le da lo mismo lo agotados o frescos que estemos.
Ella va a su ritmo, y nosotros o nos acoplamos, o nos acoplamos.
La transitoriedad no espera por nadie.
Y le importan un rábano nuestras preferencias.
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