Para ti,
compañero
del alma,
la apertura
del territorio
íntimo,
el don
frutal
de una labor
hermosa
y larga,
entre la herida
y la esperanza.
Para ti
la madurez
del cuerpo,
la plenitud
del corazón,
el llamado
de los caminos
nunca
recorridos,
la integridad
sin nombre
del encuentro.
A.S.
(De: Una mujer mayor)
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