Apréstome ahora, magnis itineribus·, a preparar la modesta cena de fin de año, cuyo consumo amenizará el tránsito interanual en esta la residencia de su segura servidora q.b.s.m.·, item más a la realización de otras tareas propias de responsable ama de casa, y dejadas, como es tradicional, para última hora.
Como presumo que en la misma tesitura se hallarán muchos/as de mis ocupados (y por ello, ausentes de la imprescindible lectura de este blog) lectores/as, durante el día de hoy, déjome sin más de historias y voy a lo mío.
Salud e gracia per a tots i totes (adviértase el acabado multilinguismo de esta entrada, y su toque estudiadamente aracaizante).
· Magnis itineribus: A marchas forzadas. Latinajo puesto de moda por el malogrado estadista romano Julio César, en sus idas y venidas, andanzas y correrías por el territorio de la Galia, con intenciones de conquista, significando que arreaba a su suponemos que remiso ejército para que meneara el culo a toda máquina, a fin de ganar ventaja sobre el pregabacho enemigo.
(Véase, para mayor información, la futura primera edición del Pedanterio.)
·Q.B.S.M.: Que besa su mano. Admirable fórmula de respeto carpetovetónica con la que se acababan las cartas y otras comunicaciones, tanto oficiales como privadas, en las épocas, lamentablemente olvidadas, en que la peña consideraba (o, al menos, hacía como que lo consideraba) el respeto como un valor a cultivar, ejercer y transmitir a la descendencia, esto último con los resultados de todos conocidos.
(Véase, igualmente, el proyectado Pedanterio, cuando me de por escribirlo, siempre con el debido consentimiento, y quién sabe si colaboración, de su nunca bien ponderado cocreador, el ya mencionado Pepe Montes).
Y hasta aquí, de momento.
Feliz año, cracks.
lunes, 31 de diciembre de 2012
Y ya que estamos...
...Felices calendas de Enero del treceavo año del milenio corriente, para todos/as mis resignados y pacientes lectores/as, y también para los que no lo son (pacientes, resignados y/o lectores/as).
(Calendas: del latín. Primeros días de un mes.
Ver el hipotéticamente futuro Pedanterio para mayor información).
(Calendas: del latín. Primeros días de un mes.
Ver el hipotéticamente futuro Pedanterio para mayor información).
Pedanterio
Libro (grueso) de graves, cultísimas y solemnes citas, palabros extemporáneos e intragables latinajos para toda ocasión, proyectado y, lamentablemente, nunca llevado a término, por el ínclito prócer rondeño Pepe Montes y la que esto suscribe, en nuestros lejanos tiempos de Facultad.
No se descarta retomar su redacción, ahora que he acabado hasta los ovarios (del alma) del puñetero Norte y la madre que lo parió.
No se descarta retomar su redacción, ahora que he acabado hasta los ovarios (del alma) del puñetero Norte y la madre que lo parió.
Sin remedio posible
5 h. 29 min. del 31 de diciembre de 2012.
Me he pasado la última madrugada del año haciendo un trabajo para el Erasmus estonio de mi hijo, mientras él se corre una juerga histórica en Bristol (que, como todo el mundo sabe, nada tiene que ver con Estonia), con un puñado de amigos/as internacionales.
Entonces, ¿soy o no soy una imbécil sin remedio posible?
Lo soy.
Claro que lo soy.
Me he pasado la última madrugada del año haciendo un trabajo para el Erasmus estonio de mi hijo, mientras él se corre una juerga histórica en Bristol (que, como todo el mundo sabe, nada tiene que ver con Estonia), con un puñado de amigos/as internacionales.
Entonces, ¿soy o no soy una imbécil sin remedio posible?
Lo soy.
Claro que lo soy.
El espíritu Norte
Habitado
por nadie,
extendido
donde no habita
nadie,
ignorado
a sí mismo,
en una
nitidez
implacable.
A.S.
por nadie,
extendido
donde no habita
nadie,
ignorado
a sí mismo,
en una
nitidez
implacable.
A.S.
Cantos de amor del Norte
Se cantan
en el Norte
las canciones
de un amor
más profundo
que los hielos,
de una ternura arisca,
de una pasión
soberbia
y radical.
A.S.
en el Norte
las canciones
de un amor
más profundo
que los hielos,
de una ternura arisca,
de una pasión
soberbia
y radical.
A.S.
Los muertos
Vagan
los muertos
por la tierra del Norte,
los muertos
de batallas
olvidadas,
atados
a la tierra
que amaron.
A.S.
los muertos
por la tierra del Norte,
los muertos
de batallas
olvidadas,
atados
a la tierra
que amaron.
A.S.
Los mares del Norte
Los turquesas
imposibles
de los mares del Norte,
de los mares
de horizontes bajos,
extendidos
en el espacio.
A.S.
imposibles
de los mares del Norte,
de los mares
de horizontes bajos,
extendidos
en el espacio.
A.S.
La mujer Norte
La carne
blanca
lleva el fuego
por dentro,
lleva el alma
por dentro,
saturada
de claridades
netas
y antigua
oscuridad.
A.S.
blanca
lleva el fuego
por dentro,
lleva el alma
por dentro,
saturada
de claridades
netas
y antigua
oscuridad.
A.S.
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Tierra,
Vida interior
Parto
El parto
alienta
el frío.
La hembra
animal,
abierta
a tierra,
el vagido
pequeño
de la cría.
Humea
el suelo,
de sangre
y de placenta,
lame
la madre
la dulce
piel
mojada.
A.S.
alienta
el frío.
La hembra
animal,
abierta
a tierra,
el vagido
pequeño
de la cría.
Humea
el suelo,
de sangre
y de placenta,
lame
la madre
la dulce
piel
mojada.
A.S.
domingo, 30 de diciembre de 2012
Mujer chamán
Fuego,
y unos ojos
que son los ojos de la tierra.
Ha dejado
varias vidas
atrás,
los hijos
de su vientre,
los hombres
de su carne,
las gentes
de su corazón,
y la soledad
viva
la sustenta.
Allí
está,
para nadie,
para sí misma,
para todo
el que la busque.
allí,
en el recinto
de su estar,
donde sabe
que puede
y sabe
que no puede.
A.S.
y unos ojos
que son los ojos de la tierra.
Ha dejado
varias vidas
atrás,
los hijos
de su vientre,
los hombres
de su carne,
las gentes
de su corazón,
y la soledad
viva
la sustenta.
Allí
está,
para nadie,
para sí misma,
para todo
el que la busque.
allí,
en el recinto
de su estar,
donde sabe
que puede
y sabe
que no puede.
A.S.
El ídolo del bosque
Gravita
sobre la tierra negra,
su bárbara
sacralidad
densificando el bosque,
ahíto
de las crudas
ofrendas
de un miedo antiguo
y ciego.
A.S.
sobre la tierra negra,
su bárbara
sacralidad
densificando el bosque,
ahíto
de las crudas
ofrendas
de un miedo antiguo
y ciego.
A.S.
Chamán
Bebe
la esencia
de la planta negra,
vuela
su alma
con los ariscos
pájaros
del Norte,
un vuelo alto,
solo
en su poder,
por los espacios
fríos
de los dioses.
A.S.
la esencia
de la planta negra,
vuela
su alma
con los ariscos
pájaros
del Norte,
un vuelo alto,
solo
en su poder,
por los espacios
fríos
de los dioses.
A.S.
Bardo
Aliento
y corazón
y vientre
para cantar
las historias del Norte,
las historias
de tempestad y fuego,
de traición y de lucha,
de misterios
oscuros
y soledades
blancas,
de alma
salvaje
y escondida.
A.S.
y corazón
y vientre
para cantar
las historias del Norte,
las historias
de tempestad y fuego,
de traición y de lucha,
de misterios
oscuros
y soledades
blancas,
de alma
salvaje
y escondida.
A.S.
Magma
Piedras
de fuego..
Un río
incandescente,
en flujo lento,
entra en el mar.
Fulgura
la tierra derretida,
penetra
el hielo
el corazón del magma,
hierven
las aguas.
A.S.
de fuego..
Un río
incandescente,
en flujo lento,
entra en el mar.
Fulgura
la tierra derretida,
penetra
el hielo
el corazón del magma,
hierven
las aguas.
A.S.
Las murallas del Norte
Hay murallas
que guardan
el territorio bárbaro
del Norte,
puertas
que no se abren
más que a las gentes
bárbaras del Norte,
abrasadas
por el alma
del Norte,
por la verdad
libérrima
del Norte,
por el rugido
intenso
de su silencio.
A.S.
que guardan
el territorio bárbaro
del Norte,
puertas
que no se abren
más que a las gentes
bárbaras del Norte,
abrasadas
por el alma
del Norte,
por la verdad
libérrima
del Norte,
por el rugido
intenso
de su silencio.
A.S.
Aurora boreal
En la aurora
de los cielos del Norte,
danzan los fuegos fríos
en una incandescencia
imposible,
incendian
los diamantes del hielo,
recorren,
embrujados y solos,
la llanura.
A.S.
de los cielos del Norte,
danzan los fuegos fríos
en una incandescencia
imposible,
incendian
los diamantes del hielo,
recorren,
embrujados y solos,
la llanura.
A.S.
Viento en el Norte
Por las llanuras del Norte, arranca el viento la nieve hasta dejar desnuda la tierra negra.
Tiempo de invierno
Tiempo de invierno.
Los árboles del alma
se alzan desnudos.
(Las avenidas,
alfombradas de hojas
que arrastra el viento)
A.S.
Los árboles del alma
se alzan desnudos.
(Las avenidas,
alfombradas de hojas
que arrastra el viento)
A.S.
Yesterday
Madrugada.
Preparándome par ir a dormir, me sorprendo tarareando mentalmente "Yesterday".
Y, en un instante, caigo en cuenta de que la canción es nueva. Que no existe, ni ha existido nunca, en ningún lugar ni tiempo.
Se está creando ahora, ahora mismo, emergiendo, prístina y recién estrenada, de ¿dónde?
Preparándome par ir a dormir, me sorprendo tarareando mentalmente "Yesterday".
Y, en un instante, caigo en cuenta de que la canción es nueva. Que no existe, ni ha existido nunca, en ningún lugar ni tiempo.
Se está creando ahora, ahora mismo, emergiendo, prístina y recién estrenada, de ¿dónde?
¿Qué es lo que los capta?
Lo informe y la forma.
Puedo, en cierta medida, captarlos a ambos.
No sé cómo se relacionan entre sí.
Y ¿qué es lo que los capta?
Puedo, en cierta medida, captarlos a ambos.
No sé cómo se relacionan entre sí.
Y ¿qué es lo que los capta?
sábado, 29 de diciembre de 2012
Soltar el mundo que hemos construido
"El desafío de la indagación consiste en estar dispuesto a descubrir directamente lo que existe, sin contar con puntos de referencia. La indagación no es un reto menor, porque requiere afrontar la muerte de los mundos interno y externo tal como los hemos construido, sin saber qué tomará su lugar... El reto consiste en soltar el mundo que hemos construido, permaneciendo conscientes."
(Gangaji: El tesoro escondido)
(Gangaji: El tesoro escondido)
Corazón de principiante
"Una cosa es la intimidad con la realidad. De hecho, la intimidad con la realidad es relativamente fácil cuando te acostumbras. Cuando te acostumbras a estar contigo mismo, con tu propio no-saber, te das centa de que en realidad no es tan difícil. Es un proceso de relajación, no es un proceso de lucha. Pero estar muy abierto e íntimo con otro ser humano, eso es otra cosa que no es tan fácil, al menos al principio. Requiere una profunda intuición y una disposición profunda a abrirnos al miedo, un estar dispuesto a ver esas partes de ti mismo que no quieren abrirse. Además debemos encontrarnos cara a cara con todo el ámbito de la emoción: con la protección emocional y con la disponibilidad emocional. Por medio de la relación, podemos empezar a ver con qué frecuencia pasamos a un modo de autoprotección o de retroceso, o a diverso grados de miedo. Si bien una buena parte de esa resistencia está alimentada por el pensamiento, todo este juego de la intimidad y de la disponibilidad se produce también a un nivel profundamente emocional. Una cosa es ser abiertos de mente, tener no-mente; pero ser verdaderamente abiertos emocionalmente es otra cosa más profunda que nos toca el corazón y el núcleo de una manera muy honda. Requiere que nos mantengamos en mente de principiante y, lo que es más importante, en corazón de principiante...
...Todos nosotros percibimos (sabemos, en lo hondo de nuestro ser) que no basta con sentirnos abiertos, libres y en paz cuando nos quedamos solos o cuando el entorno es muy favorable. Estas cosas son hermosas, y pueden mostrarnos la posibilidad de la libertad, pero a un nivel más profundo todavía, todos estamos emplazados a expresar esta libertad, esta apertura y esta intimidad dentro del contexto de las relaciones. En último extremo, tendremos que abrir nuestro corazón a todo el mundo, a todo lo que pasa en él y a todo lo que ha pasado. Tendremos que abrir nuestro corazón a todo lo que puede pasar. ¿Por qué? Porque no estamos separados de nada ni de nadie. Cualquier cosa que consideres separada de ti, puede asustarte e intimidarte. Pero cuando tienes la disposición para abrir el corazón, para tener intimidad hasta con las cosas que no te gustan, con las cosas y los hechos que te asustan, con el estado del mundo que puede intimidarte, entonces encontrarás una vía por la que tu núcleo pueda expresarse. Podrás expresar y manifestar en el mundo exterior la profundidad de ti mismo, de tal manera que ya no existirá un división entre lo interior y lo exterior, y nuestro amor dejará de tener límites."
(Adyashanti: El fin del sufrimiento)
...Todos nosotros percibimos (sabemos, en lo hondo de nuestro ser) que no basta con sentirnos abiertos, libres y en paz cuando nos quedamos solos o cuando el entorno es muy favorable. Estas cosas son hermosas, y pueden mostrarnos la posibilidad de la libertad, pero a un nivel más profundo todavía, todos estamos emplazados a expresar esta libertad, esta apertura y esta intimidad dentro del contexto de las relaciones. En último extremo, tendremos que abrir nuestro corazón a todo el mundo, a todo lo que pasa en él y a todo lo que ha pasado. Tendremos que abrir nuestro corazón a todo lo que puede pasar. ¿Por qué? Porque no estamos separados de nada ni de nadie. Cualquier cosa que consideres separada de ti, puede asustarte e intimidarte. Pero cuando tienes la disposición para abrir el corazón, para tener intimidad hasta con las cosas que no te gustan, con las cosas y los hechos que te asustan, con el estado del mundo que puede intimidarte, entonces encontrarás una vía por la que tu núcleo pueda expresarse. Podrás expresar y manifestar en el mundo exterior la profundidad de ti mismo, de tal manera que ya no existirá un división entre lo interior y lo exterior, y nuestro amor dejará de tener límites."
(Adyashanti: El fin del sufrimiento)
Un humor suave
Hay mañanas en que todo parece imbuido de un humor suave.
Dios, en zapatillas celestiales, debe sentirse satisfecho y doméstico.
Dios, en zapatillas celestiales, debe sentirse satisfecho y doméstico.
Una luz invisible
Sobre la chimenea, en el corazón de mi casa, un pequeño Buda que traje de Nepal (el más elegante de los iluminados) irradia una luz invisible.
Brillo
Cuando la mente está donde tiene que estar, todas las cosas brillan.
Y el espacio entre las cosas, también.
Y el espacio entre las cosas, también.
viernes, 28 de diciembre de 2012
Inocencia
Debemos haberle hecho algo muy malo al mundo, cuando el único día del año dedicado a la inocencia se ha convertido en motivo de broma de dudoso gusto.
Hay en esa inocencia escarnecida una fuerza limpia, íntima y frágil, capaz de mover el corazón y devolverlo a su ser carne, si se lo permitimos.
Hay en esa inocencia escarnecida una fuerza limpia, íntima y frágil, capaz de mover el corazón y devolverlo a su ser carne, si se lo permitimos.
El camino de vuelta
Cuando se convenció de que aquel camino no tenía salida -y tardó mucho tiempo en convencerse-, dio media vuelta y se puso a recorrerlo a la inversa.
Era un camino largo y difícil, y tuvo que pasar de nuevo, uno tras otro, por los mismos lugares.
Todos ellos dolían.
Era un camino largo y difícil, y tuvo que pasar de nuevo, uno tras otro, por los mismos lugares.
Todos ellos dolían.
Del amor
Nunca puede ser falso, el amor.
Es demasiado grande, y viene de lugares demasiado profundos.
Puede, eso sí, aparecer mezclado con la oscuridad que también somos, como la luz cuando tiene que atravesar la espesura de un bosque para llegar a la tierra.
Es demasiado grande, y viene de lugares demasiado profundos.
Puede, eso sí, aparecer mezclado con la oscuridad que también somos, como la luz cuando tiene que atravesar la espesura de un bosque para llegar a la tierra.
Cosas que duelen
Cuando mi madre se pone enferma -siempre lo está, pero hay días en que nuevas enfermedades se suman al conjunto- me toma un clima de fastidio, amor, ternura, miedo y culpa (no necesariamente en este orden).
Cojo la mano de esa anciana fragilísima, contengo su temblor apretándola y me la quedo mirando, sin saber bien qué hacer -suelo haber hecho antes todo lo que se me ha ocurrido-, con la sensación impotente de ser la peor hija del mundo.
Miro ese cuerpo de papel de seda arrugado, cada vez más pequeño, y me digo que mi carne ha salido de ahí, que es, en realidad, la misma carne, contenida en una piel que es también la misma, y me pregunto cómo algo tan lo mismo puede ser tan otro, tan ajeno y distante, sin que haya amor, ni cuidado, ni piedad, capaces de atravesar la barrera de lo que una vez se separó de forma irrevocable.
Cuando mi madre se pone enferma soy todo lo madre que puedo, pero no hay mucho más que pueda ser.
Cojo la mano de esa anciana fragilísima, contengo su temblor apretándola y me la quedo mirando, sin saber bien qué hacer -suelo haber hecho antes todo lo que se me ha ocurrido-, con la sensación impotente de ser la peor hija del mundo.
Miro ese cuerpo de papel de seda arrugado, cada vez más pequeño, y me digo que mi carne ha salido de ahí, que es, en realidad, la misma carne, contenida en una piel que es también la misma, y me pregunto cómo algo tan lo mismo puede ser tan otro, tan ajeno y distante, sin que haya amor, ni cuidado, ni piedad, capaces de atravesar la barrera de lo que una vez se separó de forma irrevocable.
Cuando mi madre se pone enferma soy todo lo madre que puedo, pero no hay mucho más que pueda ser.
Chorradas notariales
En mi (escasa) experiencia, los señores notarios se parecen muchísimo unos a otros.
Debe haber un ser notarial que imprime carácter, un espíritu ente solemne y ridículo que toma posesión del ente notariando apenas recibe la boleta del aprobado oposicional, y que inmediatamente opera una metamorfosis parecida a la del hombre lobo en luna llena, pero en notario, es decir, en calva y traje estilo Emidio Tucci y despacho de contrachapado brillante, lleno de libros gordos encuadernados en plástico imitación piel.
Leen con voz campanuda, los notarios, textos incomprensibles, llenos de fórmulas dudosas especialmente diseñadas para que nadie se entere, y luego te pasan un bolígrafo -siempre negro y dorado- para que firmes, sumida en el temor de Dios, un infolio que no se sabe si es la cesión de todos tus bienes al Gobierno, la renuncia a tus menguantes derechos de ciudadanía, la conformidad con tu condena a galeras, o la compra-venta de un modesto garaje, que era, en realidad, a lo que ibas.
Gente de particular naturaleza, los notarios, a los que resulta difícil imaginar en pijama, o en la playa, con el meyba calzado, marcando paquete, o en la paella de los domingos, rodeados de niños berreantes en el jardín de la segunda residencia.
Y es que, sospecho, fuera de la notaría -de habitual, en el primer piso de un edificio del centro, antiguo y noble-, tienden a desvanecerse y perder enjundia, como esos sueños complicados de los que al despertar, sólo recuerdas un juicio altisonante y una sensación de pequeñez.
Debe haber un ser notarial que imprime carácter, un espíritu ente solemne y ridículo que toma posesión del ente notariando apenas recibe la boleta del aprobado oposicional, y que inmediatamente opera una metamorfosis parecida a la del hombre lobo en luna llena, pero en notario, es decir, en calva y traje estilo Emidio Tucci y despacho de contrachapado brillante, lleno de libros gordos encuadernados en plástico imitación piel.
Leen con voz campanuda, los notarios, textos incomprensibles, llenos de fórmulas dudosas especialmente diseñadas para que nadie se entere, y luego te pasan un bolígrafo -siempre negro y dorado- para que firmes, sumida en el temor de Dios, un infolio que no se sabe si es la cesión de todos tus bienes al Gobierno, la renuncia a tus menguantes derechos de ciudadanía, la conformidad con tu condena a galeras, o la compra-venta de un modesto garaje, que era, en realidad, a lo que ibas.
Gente de particular naturaleza, los notarios, a los que resulta difícil imaginar en pijama, o en la playa, con el meyba calzado, marcando paquete, o en la paella de los domingos, rodeados de niños berreantes en el jardín de la segunda residencia.
Y es que, sospecho, fuera de la notaría -de habitual, en el primer piso de un edificio del centro, antiguo y noble-, tienden a desvanecerse y perder enjundia, como esos sueños complicados de los que al despertar, sólo recuerdas un juicio altisonante y una sensación de pequeñez.
Proyectos de año nuevo
1.- Dejar de fumar.
2.- Dejar de fumar.
3.- Dejar de fumar.
4.- Dejar de...
Oh, mierda.
2.- Dejar de fumar.
3.- Dejar de fumar.
4.- Dejar de...
Oh, mierda.
Vacaciones
Las mañanas en las que no hay que ir a trabajar, me encanta levantarme tarde, desayunar y, en la casa silenciosa, sentarme delante del ordenador con los restos de la infusión del desayuno y un cigarrillo, a echar un vistazo a las noticias y al correo, y después, si me apetece, escribir algo.
Me siento la dueña del tiempo, y el mundo me paree sencillo, puesto en su sitio, toda yo contenida en una cotidianidad plácida y alegre.
Me siento la dueña del tiempo, y el mundo me paree sencillo, puesto en su sitio, toda yo contenida en una cotidianidad plácida y alegre.
El mar interior
Hay una grieta entre los tiempos de conciencia.
Atravesarla permite llegar al mar interior.
Donde no queda nada que hacer ni que decir.
Atravesarla permite llegar al mar interior.
Donde no queda nada que hacer ni que decir.
Las flores de la verdad
Bajar
hasta donde haga falta,
a recoger
las flores
de la verdad
(en el misterio
de una esperanza
ciega).
hasta donde haga falta,
a recoger
las flores
de la verdad
(en el misterio
de una esperanza
ciega).
La llegada del águila
En qué
pensaba,
qué
sentía
Prometeo,
en esas
horas
infinitas,
esperando
la llegada
del águila.
A.S.
pensaba,
qué
sentía
Prometeo,
en esas
horas
infinitas,
esperando
la llegada
del águila.
A.S.
Apenas un instante
En la terrible
plenitud
de la otredad,
fuiste
quien eres,
para mostrarte
apenas
un instante,
y sajar
hasta el hueso.
A.S.
plenitud
de la otredad,
fuiste
quien eres,
para mostrarte
apenas
un instante,
y sajar
hasta el hueso.
A.S.
La leyenda de la ciudad del Norte
Se dice que,
caminando sin cesar hacia el Norte,
un viajero
armado de valor y de suerte
-no todos
los que viajan
los poseen-
puede arribar
a la ciudad del Norte.
A la ciudad
de la que hablan
en voz baja
muchos,
por aquéllas tierras.
La ciudad a la que pocos
conocen.
Se cuentan
maravillas
de la ciudad.
Se cuentan
-como siempre sucede-
también cosas terribles
de la ciudad del Norte,
allá, en el corazón del frío,
la ciudad
que se esconde de muchos,
que no se deja
habitar fácilmente.
No encontrarás tesoros
en la ciudad del Norte.
No encontrarás amor
-no, al menos, de forma diferente
a cualquier otro sitio-.
No encontrarás la gloria,
ni serás proclamado rey.
Ni siquiera
es un lugar más ni menos
hermoso
que tantos otros.
Un sitio rudo, la ciudad
de difícil acceso.
hundida
eternamente
entre los hielos.
Un sitio de trabajo duro
y vida austera.
Pero habitado por la gente libre.
La gente
de corazón verdadero,
de palabra
que dice la verdad,
de acción
que muestra el interior
sin miedo
ni vergüenza.
Se puede ser
quien uno es
en la ciudad del Norte.
En la ciudad
que sólo
permite
la verdad.
En la ciudad
a la que la verdad
ha convertido
en inaccesible
para tantos viajeros,
incapaces
de descubrirse,
de ser verdad
íntegramente,
hasta no dejar nada
que no pueda
mostrarse
como es.
A.S.
caminando sin cesar hacia el Norte,
un viajero
armado de valor y de suerte
-no todos
los que viajan
los poseen-
puede arribar
a la ciudad del Norte.
A la ciudad
de la que hablan
en voz baja
muchos,
por aquéllas tierras.
La ciudad a la que pocos
conocen.
Se cuentan
maravillas
de la ciudad.
Se cuentan
-como siempre sucede-
también cosas terribles
de la ciudad del Norte,
allá, en el corazón del frío,
la ciudad
que se esconde de muchos,
que no se deja
habitar fácilmente.
No encontrarás tesoros
en la ciudad del Norte.
No encontrarás amor
-no, al menos, de forma diferente
a cualquier otro sitio-.
No encontrarás la gloria,
ni serás proclamado rey.
Ni siquiera
es un lugar más ni menos
hermoso
que tantos otros.
Un sitio rudo, la ciudad
de difícil acceso.
hundida
eternamente
entre los hielos.
Un sitio de trabajo duro
y vida austera.
Pero habitado por la gente libre.
La gente
de corazón verdadero,
de palabra
que dice la verdad,
de acción
que muestra el interior
sin miedo
ni vergüenza.
Se puede ser
quien uno es
en la ciudad del Norte.
En la ciudad
que sólo
permite
la verdad.
En la ciudad
a la que la verdad
ha convertido
en inaccesible
para tantos viajeros,
incapaces
de descubrirse,
de ser verdad
íntegramente,
hasta no dejar nada
que no pueda
mostrarse
como es.
A.S.
jueves, 27 de diciembre de 2012
No basta
Se dice que Cristina de Suecia, dama de ovarios donde las haya, hizo, después de abdicar (por razones de las que nunca dio explicaciones), acuñar una moneda en la que se veía una corona y la siguiente inscripción: "Non mi bisogna e non mi basta", que viene a significar: "No la necesito y no me basta".
Frase de notable enjundia y utilidad, aplicable a múltiples circunstancias y avatares vitales.
Frase de notable enjundia y utilidad, aplicable a múltiples circunstancias y avatares vitales.
¿A qué se remite?
Los diccionarios se remiten a sí mismos.
El mundo, también.
El alma, no.
Y no cabe en ninguna parte.
El mundo, también.
El alma, no.
Y no cabe en ninguna parte.
Hoja de tilo
Mala cosa,
la auto
satisfacción.
A todo el mundo,
una hoja
de tilo
inoportuna
le fastidió
los planes.
A.S.
la auto
satisfacción.
A todo el mundo,
una hoja
de tilo
inoportuna
le fastidió
los planes.
A.S.
Un cierto parecido
Caer
del burro
no es lo mismo
que caer
del caballo,
camino
de Damasco
o de cualquier
otro
lugar.
Pero mantiene
un cierto
parecido.
A.S.
del burro
no es lo mismo
que caer
del caballo,
camino
de Damasco
o de cualquier
otro
lugar.
Pero mantiene
un cierto
parecido.
A.S.
Caer del burro
Basta
que algo
no vaya
bien
para caer
del burro.
(Debe ser
cosa sana
que algo
no vaya
bien)
A.S.
que algo
no vaya
bien
para caer
del burro.
(Debe ser
cosa sana
que algo
no vaya
bien)
A.S.
Crueldad
Desagradable
práctica
relacional
que se permiten
los que creen
saber algo.
Es decir,
todos
en algún
momento.
A.S.
práctica
relacional
que se permiten
los que creen
saber algo.
Es decir,
todos
en algún
momento.
A.S.
Disciplinas
Estar
donde se está
es una antigua
-inevitable-
disciplina.
No mentirse
es la lección
siguiente.
A.S.
donde se está
es una antigua
-inevitable-
disciplina.
No mentirse
es la lección
siguiente.
A.S.
Gente feliz
Hay
personas
que dicen
ser felices
con lo que pueden dar
las criaturas.
Gente
afortunada.
Hay
personas
que dicen
ser felices
sin lo que pueden dar
las criaturas.
Gente
(también)
afortunada.
personas
que dicen
ser felices
con lo que pueden dar
las criaturas.
Gente
afortunada.
Hay
personas
que dicen
ser felices
sin lo que pueden dar
las criaturas.
Gente
(también)
afortunada.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
Un cuento cabrón
Blanca niña y yo, jugando a inventar un cuento versificado sobre una dama perversa que le hacía no sé qué cabronada a un desdichado frutal.
Acababa así:
"... El manzano, triste
porque no da fruta.
La dama, contenta,
la muy hija de puta."
Acababa así:
"... El manzano, triste
porque no da fruta.
La dama, contenta,
la muy hija de puta."
Odín en el árbol
Nueve días
en la crisálida
de ser
como no sido nunca,
desconocido
a mí,
en un tiempo
tan mineral,
en un lugar
de imposible
retorno,
aullando
por ser
quen era,
desterrado
de mí,
en un abismo
reluciente.
A.S.
en la crisálida
de ser
como no sido nunca,
desconocido
a mí,
en un tiempo
tan mineral,
en un lugar
de imposible
retorno,
aullando
por ser
quen era,
desterrado
de mí,
en un abismo
reluciente.
A.S.
La caza
Por las
parameras
del Norte
cazan
los hombres solos,
la sangre
de la pieza
humeando
al frío,
el instante
definitivo,
la fiereza
alegre
del corazón.
A.S.
parameras
del Norte
cazan
los hombres solos,
la sangre
de la pieza
humeando
al frío,
el instante
definitivo,
la fiereza
alegre
del corazón.
A.S.
La casa del Norte
Flores heladas
en la aurora
de un Norte
que nada sabe
de calor.
En los jardines
de la casa
del Norte
centellean
los árboles del frío,
cincelados
en ramas de cristal
y frutos
blancos.
en la aurora
de un Norte
que nada sabe
de calor.
En los jardines
de la casa
del Norte
centellean
los árboles del frío,
cincelados
en ramas de cristal
y frutos
blancos.
La valquiria
Duerme,
soñando
que cabalga
el viento,
la tempestad
a la cintura,
la luz del Norte
al filo de la espada.
Duerme,
su corazón,
un diamante
de hielo,
invulnerable
al círculo
de fuego.
A.S.
soñando
que cabalga
el viento,
la tempestad
a la cintura,
la luz del Norte
al filo de la espada.
Duerme,
su corazón,
un diamante
de hielo,
invulnerable
al círculo
de fuego.
A.S.
Como cachorros
Lo antiguo
y
lo nuevo
juegan
en mi
interior
un juego
de
zarpazos,
como cachorros
de tigre
en el
aprendizaje
de una
salvaje
madurez.
A.S.
y
lo nuevo
juegan
en mi
interior
un juego
de
zarpazos,
como cachorros
de tigre
en el
aprendizaje
de una
salvaje
madurez.
A.S.
La mujer vestida del sol
Era
la herida
de un azul
invicto
deshaciendo
la nube,
la irrupción
solar,
el cuerpo
blanco,
encendido
por dentro,
transparente
al fuego
y al poder.
A.S.
la herida
de un azul
invicto
deshaciendo
la nube,
la irrupción
solar,
el cuerpo
blanco,
encendido
por dentro,
transparente
al fuego
y al poder.
A.S.
La lluvia que faltaba
A tu contacto,
se abren
las compuertas
del agua madre,
y llueve
la lluvia
que faltaba.
A.S.
se abren
las compuertas
del agua madre,
y llueve
la lluvia
que faltaba.
A.S.
Lluvia en diciembre
Diciembre, y llueve
sobre la casa cálida
que me contiene.
(En la terraza
arranca los jazmines
el aguacero)
A.S.
sobre la casa cálida
que me contiene.
(En la terraza
arranca los jazmines
el aguacero)
A.S.
Un tiempo tan ajeno
No era
llegado
el tiempo
del sosiego.
No era
llegado
otro tiempo
que éste,
tan ajeno,
y extraño
en su
necesidad.
A.S.
llegado
el tiempo
del sosiego.
No era
llegado
otro tiempo
que éste,
tan ajeno,
y extraño
en su
necesidad.
A.S.
Fuego vivo
Estaba vivo,
el fuego,
contenido
todo el espacio
en una llama
insoportablemente
viva.
A.S.
el fuego,
contenido
todo el espacio
en una llama
insoportablemente
viva.
A.S.
Completamente tuya
Era el invierno
claro
del Norte.
Eran
los páramos
helados
del Norte
en unos
ojos
grises,
en una
mirada
completamente
tuya.
A.S.
claro
del Norte.
Eran
los páramos
helados
del Norte
en unos
ojos
grises,
en una
mirada
completamente
tuya.
A.S.
El halcón del sueño
Caminar.
Caminar.
Seguir
el rumbo
de la flecha
del alma,
el vuelo
libre
del halcón
del sueño.
A.S.
Caminar.
Seguir
el rumbo
de la flecha
del alma,
el vuelo
libre
del halcón
del sueño.
A.S.
Un viento vivo
Me ha visitado
un viento
vivo.
Ha rizado
la superficie
inmóvil
de la aguas
un viento
de concreta
expresión,
de elemental
llamada,
de libre,
radical
convocatoria.
A.S.
un viento
vivo.
Ha rizado
la superficie
inmóvil
de la aguas
un viento
de concreta
expresión,
de elemental
llamada,
de libre,
radical
convocatoria.
A.S.
Ha venido
De tierra es mi cuerpo,
de agua es mi sangre,
de aire mi aliento,
de fuego mi espíritu.
(Tradición Pachamama)
Ha venido
a devolver su concreción,
a la piedra,
la savia radical
al árbol,
el color
a la eterna pradera.
Ha venido
a poner música en los pájaros,
a inflamar a los vientos,
a conferir
su cualidad
cambiante
al agua.
Ha venido a irradiar
aliento
a lo perdido,
a socavar
lo muerto,
a desterrar
los grises
para siempre.
Ha venido a cantar,
a ser
rotundamente,
a desgranar
eones
que merezcan la vida,
la tierra,
el flujo
permanente
de las criaturas.
A.S.
de agua es mi sangre,
de aire mi aliento,
de fuego mi espíritu.
(Tradición Pachamama)
Ha venido
a devolver su concreción,
a la piedra,
la savia radical
al árbol,
el color
a la eterna pradera.
Ha venido
a poner música en los pájaros,
a inflamar a los vientos,
a conferir
su cualidad
cambiante
al agua.
Ha venido a irradiar
aliento
a lo perdido,
a socavar
lo muerto,
a desterrar
los grises
para siempre.
Ha venido a cantar,
a ser
rotundamente,
a desgranar
eones
que merezcan la vida,
la tierra,
el flujo
permanente
de las criaturas.
A.S.
Un mundo antiguo
Devolver
a su ser
un mundo
antiguo,
cubrir de vísceras,
de carne,
de sangre viva,
los huesos
secos
de una tierra
perdida.
A.S.
a su ser
un mundo
antiguo,
cubrir de vísceras,
de carne,
de sangre viva,
los huesos
secos
de una tierra
perdida.
A.S.
martes, 25 de diciembre de 2012
La tierra Norte del alma
Contiene
el alma
territorios bárbaros,
reinos feroces,
habitados
por criaturas terribles,
mares desconocidos,
apenas navegados
por los hombres
del alma,
por los hombres
de la tierra Norte
del alma,
por aquéllos
que hacen
del alma
un alma
para perderse
en ella,
para quedarse
ciegamente
en ella,
para cantar,
en el ardor del frío,
una canción de nieve,
de huracanes´
de cólera indomable,
de ternura
de acero.
A.S.
el alma
territorios bárbaros,
reinos feroces,
habitados
por criaturas terribles,
mares desconocidos,
apenas navegados
por los hombres
del alma,
por los hombres
de la tierra Norte
del alma,
por aquéllos
que hacen
del alma
un alma
para perderse
en ella,
para quedarse
ciegamente
en ella,
para cantar,
en el ardor del frío,
una canción de nieve,
de huracanes´
de cólera indomable,
de ternura
de acero.
A.S.
Un cuento viejo
Una vez me contaron
un viejo cuento
que se te parecía.
Un cuento para niños,
verdadero y terrible,
como son esos cuentos
de cuando las palabras
apuntaban
y hacían blanco
sin miedo a herir.
Sabía a muerte, el cuento,
a fragor
de tiempos en batalla,
a soledades
más antiguas
que un mundo que se ha vuelto
menor de lo que era.
Sabía a lo que saben
las bárbaras canciones
de los hombres
de los comienzos,
a fuerza desbocada,
a vientre
y a misterio,
tal como aparecías
a mi mirada.
A.S.
un viejo cuento
que se te parecía.
Un cuento para niños,
verdadero y terrible,
como son esos cuentos
de cuando las palabras
apuntaban
y hacían blanco
sin miedo a herir.
Sabía a muerte, el cuento,
a fragor
de tiempos en batalla,
a soledades
más antiguas
que un mundo que se ha vuelto
menor de lo que era.
Sabía a lo que saben
las bárbaras canciones
de los hombres
de los comienzos,
a fuerza desbocada,
a vientre
y a misterio,
tal como aparecías
a mi mirada.
A.S.
No me dan las palabras
Únicamente señalar,
pero decir.
Decir lo que es tan claro
en su sencilla manifestación,
en su ser lo que es,
sin paliativos.
Decir lo que cualquiera
puede mirar,
saber, sentir
sin más recurso que las tripas,
traducir la mirada
y afirmar que lo dicho
queda dicho
con meridiana exactitud.
No me dan para tanto
las palabras.
A.S.
pero decir.
Decir lo que es tan claro
en su sencilla manifestación,
en su ser lo que es,
sin paliativos.
Decir lo que cualquiera
puede mirar,
saber, sentir
sin más recurso que las tripas,
traducir la mirada
y afirmar que lo dicho
queda dicho
con meridiana exactitud.
No me dan para tanto
las palabras.
A.S.
lunes, 24 de diciembre de 2012
domingo, 23 de diciembre de 2012
Sin indulto posible
Como amanuense
de un viejo
tribunal,
levanto acta
de una condena
universal,
sin indulto
posible.
A.S.
de un viejo
tribunal,
levanto acta
de una condena
universal,
sin indulto
posible.
A.S.
Con luz y taquígrafos
De una
jodida
vez
-si puede
ser,
ahora-
quiero
llegar
al fondo,
con luz
y taquígrafos.
A.S.
jodida
vez
-si puede
ser,
ahora-
quiero
llegar
al fondo,
con luz
y taquígrafos.
A.S.
Nekya
Por los caminos
de la oscuridad
voy encontrando
viejos conocidos
a los que nunca
quise
saludar.
A.S.
de la oscuridad
voy encontrando
viejos conocidos
a los que nunca
quise
saludar.
A.S.
Los huevos del odio
Hay
una cueva
en mí
donde se incuban,
los huevos del odio.
Uno por uno,
eclosionan
cuando llega su tiempo,
y la criatura
emerge
por la herida.
A.S.
una cueva
en mí
donde se incuban,
los huevos del odio.
Uno por uno,
eclosionan
cuando llega su tiempo,
y la criatura
emerge
por la herida.
A.S.
Buenos deseos
Ciudad azul (Blue city). Arte digital.
Imagen: Blanca de la Torre
Feliz Navidad, año 13 del milenio (que es un número muy especial, que nunca hemos vivido, y que no se repetirá hasta dentro de cien años) y nuevo Baktun (toca el 14).
Y abrazos.
Amelia
sábado, 22 de diciembre de 2012
¿Qué hacer?
¿Qué voy a hacer contigo?
Finalmente, tienes tanto derecho a la existencia como cualquier otra parte de mí.
Finalmente, tienes tanto derecho a la existencia como cualquier otra parte de mí.
Noche de amor
Venus y Marte
unidos en el cielo.
Luna creciente.
A.S.
unidos en el cielo.
Luna creciente.
A.S.
Terribilidad (carencia de)
El diablo, en cambio, carece de ella.
No es terrible.
Sólo malvado.
La falta esa grandeza.
No es terrible.
Sólo malvado.
La falta esa grandeza.
Terribilidad
De todos los atributos de un Dios sin atributos, me fascina la terribilidad.
Y su reflejo en nosotros.
Y su reflejo en nosotros.
Estar yo misma
-Estás bien. (me decía un amigo).
No sé si bien es la palabra justa, pero, desde luego, estoy yo misma.
Estoy Amelia, y estoy la vida que es extensión de eso que estoy.
No sé si bien es la palabra justa, pero, desde luego, estoy yo misma.
Estoy Amelia, y estoy la vida que es extensión de eso que estoy.
Un amor viejo
He descubierto que amo al hospital.
Lo amo como se ama a una pareja de décadas, a la que no sabías cuánto amabas hasta que un día lo vuelves a saber.
He descubierto que en sus salas, en sus pasillos, en sus despachos, hay un alma que resuena con la mía, un alma que reclama mi presencia y mi ser y lo que allí puedo poner de mí misma.
El hospital es la casa de (parte de) mi alma, y en este tiempo tan extraño he renovado nuestro matrimonio.
Y me quedo a vivir con él.
(De Historias del hospital)
Lo amo como se ama a una pareja de décadas, a la que no sabías cuánto amabas hasta que un día lo vuelves a saber.
He descubierto que en sus salas, en sus pasillos, en sus despachos, hay un alma que resuena con la mía, un alma que reclama mi presencia y mi ser y lo que allí puedo poner de mí misma.
El hospital es la casa de (parte de) mi alma, y en este tiempo tan extraño he renovado nuestro matrimonio.
Y me quedo a vivir con él.
(De Historias del hospital)
Oficio de tinieblas
...Y las tinieblas se cernían
sobre la faz del abismo.
(Génesis)
En una antigua
capilla
de mi alma
un oficiante oficia
oficio de tinieblas.
Y encuentra a Dios,
cerniéndose,
incubando
-ahora y siempre-,
en plena oscuridad,
en noche plena.
A.S.
sobre la faz del abismo.
(Génesis)
En una antigua
capilla
de mi alma
un oficiante oficia
oficio de tinieblas.
Y encuentra a Dios,
cerniéndose,
incubando
-ahora y siempre-,
en plena oscuridad,
en noche plena.
A.S.
Baktun: 1.872.000 días
Ha transcurrido el día
siguiente
al día último
del decimotercer
baktun.
Este mundo tan viejo
cumple baktun,
y es un baktun más viejo
de lo viejo que era.
Me pregunto
si el rey de la ciudad
habrá salido
a recibir
al dios.
A.S.
siguiente
al día último
del decimotercer
baktun.
Este mundo tan viejo
cumple baktun,
y es un baktun más viejo
de lo viejo que era.
Me pregunto
si el rey de la ciudad
habrá salido
a recibir
al dios.
A.S.
Las palabras que acuden
Madrugada.
Humo de cigarrillo.
La casa, silenciosa.
Yo
y el teclado
y las palabras
que acuden,
como viejas amigas,
a mi llamada.
A.S.
Humo de cigarrillo.
La casa, silenciosa.
Yo
y el teclado
y las palabras
que acuden,
como viejas amigas,
a mi llamada.
A.S.
viernes, 21 de diciembre de 2012
El conservador de la vida
Manos capaces
de crear,
de infundir orden
allí donde las pones,
sumergidas
en la pura materia,
en el ser de las cosas,
que obedecen
cuando tú las liberas
de su inercia.
Tienes,
mi amor,
el don
de devolver sentido
a lo que había olvidado que lo tiene,
de dar forma al pasado,
de construir presente,
de cuidar lo que existe,
de ponerte al servicio
de lo que tú no eres,
de los que somos otro,
de lo que tienes cerca
y te toca,
y te encuentra
en tu infinita masculinidad,
en tu dedicación
y tu escondida,
hosca,
preocupada,
humilde
madurez.
A.S.
La última imagen
Puede que sea tu rostro
de hombría y de ternura
-esa mirada
atenta
a lo que no eres tú-
uno de los paisajes
que más
amo.
Y la inocencia
iluminada
de tu sonrisa
-maravilla
líquida-
la última imagen
que desee ver
antes de irme.
A.S.
de hombría y de ternura
-esa mirada
atenta
a lo que no eres tú-
uno de los paisajes
que más
amo.
Y la inocencia
iluminada
de tu sonrisa
-maravilla
líquida-
la última imagen
que desee ver
antes de irme.
A.S.
Residentes
El hospital está lleno de juventud.
Por todas partes circulan residentes, de bata blanca, fonendoscopio al cuello, bolis en el bolsillo y placa de identificación prendida.
Por todas partes, caras casi infantiles preocupadas por una responsabilidad enorme.
Es una iniciación durísima, llevar a hombros, antes de los treinta, tanto dolor, tantas vidas humanas, tanta muerte.
Son hermosos, los resis, concentrados y serios, en sus horas y más horas de guardia, en sus interminables sesiones clínicas, en su ir de cama en cama, de consulta en consulta, de urgencia en urgencia.
Son hermosos en su dedicación y su inexperiencia, en su atención y su crónica falta de sueño.
Y son hermosos cuando salen por la gran puerta de cristales, en grupos ruidosos, vestidos de persona normal y camnio de alguna fiesta, de algún concierto, de alguna noche con vino y ligues y canutos.
Hermosos cuando recuperan su vida de chicos y chicas como todos, y aún más hermosos cuando el hospital los pone a prueba con una intensidad difícil de entender para quien no lo haya vivido.
Benditos sean.
(De Historias del hospital)
Por todas partes circulan residentes, de bata blanca, fonendoscopio al cuello, bolis en el bolsillo y placa de identificación prendida.
Por todas partes, caras casi infantiles preocupadas por una responsabilidad enorme.
Es una iniciación durísima, llevar a hombros, antes de los treinta, tanto dolor, tantas vidas humanas, tanta muerte.
Son hermosos, los resis, concentrados y serios, en sus horas y más horas de guardia, en sus interminables sesiones clínicas, en su ir de cama en cama, de consulta en consulta, de urgencia en urgencia.
Son hermosos en su dedicación y su inexperiencia, en su atención y su crónica falta de sueño.
Y son hermosos cuando salen por la gran puerta de cristales, en grupos ruidosos, vestidos de persona normal y camnio de alguna fiesta, de algún concierto, de alguna noche con vino y ligues y canutos.
Hermosos cuando recuperan su vida de chicos y chicas como todos, y aún más hermosos cuando el hospital los pone a prueba con una intensidad difícil de entender para quien no lo haya vivido.
Benditos sean.
(De Historias del hospital)
Cierto día
Cierto día
arribé
a la conclusión
de que nada
sería nunca
como yo creía.
(Perdón.
Quise decir quería.
¿O serán
lo mismo
quería
que creía?).
Cierto día
me quedé donde estaba.
No fue mejor,
ni tampoco
peor.
Sólo que todo
sabía diferente.
Así,
lo que ahora venga
será, sin duda,
una sorpresa.
Por cierto,
que todo lo anterior
no significa
que sepa
dónde estoy.
A.S.
arribé
a la conclusión
de que nada
sería nunca
como yo creía.
(Perdón.
Quise decir quería.
¿O serán
lo mismo
quería
que creía?).
Cierto día
me quedé donde estaba.
No fue mejor,
ni tampoco
peor.
Sólo que todo
sabía diferente.
Así,
lo que ahora venga
será, sin duda,
una sorpresa.
Por cierto,
que todo lo anterior
no significa
que sepa
dónde estoy.
A.S.
Una infinita paradoja
¿Ser el Uno, o un diálogo perpetuo con el Gran Otro?
Ambas cosas, en infinita paradoja.
Y, después, ¿qué?
Ambas cosas, en infinita paradoja.
Y, después, ¿qué?
Más allá de sí mismas
Palabras líquidas.
Palabras caramelo.
Palabras maza.
Palabras espina.
Palabras herida.
Palabras chocolate.
Palabras cántaro.
Palabras terciopelo.
Palabras brisa.
Palabras noche.
Palabras tobogán.
Palabras flecha.
Palabras nieve.
Palabras imposibles.
Todas apuntando más allá de sí mismas.
Palabras caramelo.
Palabras maza.
Palabras espina.
Palabras herida.
Palabras chocolate.
Palabras cántaro.
Palabras terciopelo.
Palabras brisa.
Palabras noche.
Palabras tobogán.
Palabras flecha.
Palabras nieve.
Palabras imposibles.
Todas apuntando más allá de sí mismas.
Palabras para perderse en ellas
Intensidad. Crepúsculo. Alegría. Creación. Serenidad. Locura. Estrella. Humus. Semilla. Entraña. Oscuridad. Llanto. Grito. Dolor. Ternura. Hombre. Mujer. Criatura. Lejanía. Tiempo. Agua. Camino.Puente. Fuego. Espacio. Cueva. Sueño. Manantial. Alimento. Soledad. Árbol. Lágrima. Cópula. Tierra. Primavera. Muerte. Silencio. Nadie. Nada.
jueves, 20 de diciembre de 2012
Completamente aquí
Hay que llegar más profundo para subir más alto.
O a la inversa.
Y hay que llegar más profundo y subir más alto para estar completamente aquí.
O a la inversa.
Y hay que llegar más profundo y subir más alto para estar completamente aquí.
Un río oscuro
Drena,
la oscuridad,
y yo la amo,
viéndola salir,
formar
un río
poderoso
que también
me es.
A.S.
la oscuridad,
y yo la amo,
viéndola salir,
formar
un río
poderoso
que también
me es.
A.S.
El jardín del tiempo
El tiempo
cuida
su jardín.
A su mano
florecen
-tan lentamente-
las horas,
los años,
fructifican
-o se agostan-
las vidas,
los seres,
los espacios.
El tiempo
no sabe
de las cosas.
A.S.
cuida
su jardín.
A su mano
florecen
-tan lentamente-
las horas,
los años,
fructifican
-o se agostan-
las vidas,
los seres,
los espacios.
El tiempo
no sabe
de las cosas.
A.S.
Ser piedra
El ser
inmóvil
de la piedra.
El alma
ensimismada
de lo que no puede estar
más que donde está,
precisamente allí,
en la tensión
de su propia dureza,
en la querencia inevitable del centro,
en la densidad plena,
sin fuga posible,
sin espacio
ni voz.
A.S.
inmóvil
de la piedra.
El alma
ensimismada
de lo que no puede estar
más que donde está,
precisamente allí,
en la tensión
de su propia dureza,
en la querencia inevitable del centro,
en la densidad plena,
sin fuga posible,
sin espacio
ni voz.
A.S.
Una pureza ciega
Ah, sí,
venías
de una oscuridad fría,
de una maleza
sembrada de ojos fijos.
Venías
de los bosques salvajes de mi alma.
Traías una canción antigua,
más antigua y más mineral
que el primer hombre, el primer animal, la primera piedra
salidos
de la mano de un Dios
que todavía no sabía serlo.
Venías
de una pureza ciega,
impenetrable
a todo lo que no fuera ella misma.
Ella, anterior a la forma,
al modelo,
al ser de cualquier cosa,
contenida
en su propio fulgor.
A.S.
venías
de una oscuridad fría,
de una maleza
sembrada de ojos fijos.
Venías
de los bosques salvajes de mi alma.
Traías una canción antigua,
más antigua y más mineral
que el primer hombre, el primer animal, la primera piedra
salidos
de la mano de un Dios
que todavía no sabía serlo.
Venías
de una pureza ciega,
impenetrable
a todo lo que no fuera ella misma.
Ella, anterior a la forma,
al modelo,
al ser de cualquier cosa,
contenida
en su propio fulgor.
A.S.
Dando la voz a la mujer salvaje
Hoy quiero amarte en la violencia del mordisco,
sentir ceder tu carne entre los dientes,
convertir la caricia,en arañazo,
amasar tu dureza, des-hacerte.
Hoy te quiero gustar a manos llenas,
con los ojos cerrados a quien eres,
perdida en las raíces de un abrazo
de sangre, y de sudor y de simiente.
Hoy necesito no querer quererte,
queriéndote lo mismo que te quiero,
abismada en mi fondo, des-fondada
en el abismo de un combate ciego.
Hoy doy la voz a la mujer salvaje,
al salvaje país de las mujeres,
a la espesura madre de la entrada,
a la callada oscuridad ardiente.
A.S.
sentir ceder tu carne entre los dientes,
convertir la caricia,en arañazo,
amasar tu dureza, des-hacerte.
Hoy te quiero gustar a manos llenas,
con los ojos cerrados a quien eres,
perdida en las raíces de un abrazo
de sangre, y de sudor y de simiente.
Hoy necesito no querer quererte,
queriéndote lo mismo que te quiero,
abismada en mi fondo, des-fondada
en el abismo de un combate ciego.
Hoy doy la voz a la mujer salvaje,
al salvaje país de las mujeres,
a la espesura madre de la entrada,
a la callada oscuridad ardiente.
A.S.
La misma vida
Cómo pueden
las cosas
ser tan iguales
a sí mismas
cuando ha cambiado
la mirada.
Cómo
el espacio
incorporar
una amplitud
tan nueva,
conteniendo,
ahora y siempre,
la misma vida.
A.S.
las cosas
ser tan iguales
a sí mismas
cuando ha cambiado
la mirada.
Cómo
el espacio
incorporar
una amplitud
tan nueva,
conteniendo,
ahora y siempre,
la misma vida.
A.S.
De dónde vienen los poemas
No sé
de dónde vienen
los poemas
-a ráfagas,
a veces-.
Dónde se forman
las palabras,
-más o menos
precisas-
en su apuntar
hacia otra cosa.
A.S.
de dónde vienen
los poemas
-a ráfagas,
a veces-.
Dónde se forman
las palabras,
-más o menos
precisas-
en su apuntar
hacia otra cosa.
A.S.
La mujer que no pensaba en morirse
(A C., que no pensaba en morirse)
Años
de acompañarte.
De reencontrarme con tu cuerpo largo,
la masa de tus rizos,
la ternura,
la vibración ligeramente histérica,
de tu voz, de tu risa,
tu tantas veces disculparte
por no saber
-cincuenta años de intentarlo-
vivir
con naturalidad,
en tu pellejo.
Confesiones
-buscando aprobación en mi mirada-
al otro lado de la mesa.
Citas
más o menos mensuales
que interrumpió la muerte.
Son historias
del hospital.
Te has muerto
así, sin avisar,
sin avisarte,
tu forma
desgarbada
diluida,
perdida en las entrañas
de la muerte.
Ni siquiera he llorado.
Tantas muertes,
cómo llamarlas,
laborales.
de gente
que venía
y ya no viene.
Te has muerto, simplemente,
y me pregunto
dónde andarán tu duda,
tu dolor,
tu búsqueda incesante,
tu vacío,
tu frágil equilibrio,
tu tristeza,
en qué bosque
nublado
de la muerte
has plantado tu casa,
ahora que ya no acudes
al hospital.
(De Historias del hospital)
A.S.
Años
de acompañarte.
De reencontrarme con tu cuerpo largo,
la masa de tus rizos,
la ternura,
la vibración ligeramente histérica,
de tu voz, de tu risa,
tu tantas veces disculparte
por no saber
-cincuenta años de intentarlo-
vivir
con naturalidad,
en tu pellejo.
Confesiones
-buscando aprobación en mi mirada-
al otro lado de la mesa.
Citas
más o menos mensuales
que interrumpió la muerte.
Son historias
del hospital.
Te has muerto
así, sin avisar,
sin avisarte,
tu forma
desgarbada
diluida,
perdida en las entrañas
de la muerte.
Ni siquiera he llorado.
Tantas muertes,
cómo llamarlas,
laborales.
de gente
que venía
y ya no viene.
Te has muerto, simplemente,
y me pregunto
dónde andarán tu duda,
tu dolor,
tu búsqueda incesante,
tu vacío,
tu frágil equilibrio,
tu tristeza,
en qué bosque
nublado
de la muerte
has plantado tu casa,
ahora que ya no acudes
al hospital.
(De Historias del hospital)
A.S.
En el lugar preciso
Descubrir, sorprendida,
que entre todos los mundo conocidos,
tu corazón prefiere
ese que habitas imperfectamente.
Que te encuentras
-después de tanta duda-
en el lugar preciso.
Y aguardar,
con paciencia,
lo que falta.
A.S.
que entre todos los mundo conocidos,
tu corazón prefiere
ese que habitas imperfectamente.
Que te encuentras
-después de tanta duda-
en el lugar preciso.
Y aguardar,
con paciencia,
lo que falta.
A.S.
Mujer Tierra
El cuerpo amplio.
Sabe a tierra la carne,
blanda y abierta.
A.S.
Sabe a tierra la carne,
blanda y abierta.
A.S.
miércoles, 19 de diciembre de 2012
Viaje nocturno
Viajar de noche
en la burbuja tibia
del automóvil.
Los encinares
agitan en el viento
sus hojas duras.
(la masa oscura
de un jabalí, cruzando
la carretera)
A.S.
en la burbuja tibia
del automóvil.
Los encinares
agitan en el viento
sus hojas duras.
(la masa oscura
de un jabalí, cruzando
la carretera)
A.S.
Del pasado fluido
Deberían estarse quietos, los recuerdos.
Debería parecerse el pasado a un museo, con sus cuadros obedientemente colgados cada uno en su lugar.
Un museo por el que pasearse, tal vez, los domingos por la mañana, cuando no hay gran cosa que hacer y apetece salir un rato de la casa del presente.
Pero no son así las cosas.
Pareciera más bien estar constituido de una sustancia móvil, fluida, que va tomando nuevas formas según transcurre el tiempo y se hace cada vez más pasado todo lo que pasó.
Una materia casi líquida, la memoria, capaz de toda case de modificaciones, eso sí, muy lentas, apenas perceptibles a la mirada, como el avance de las manecillas del reloj.
Así, de imagen en imagen, se va remodelando de continuo la película de nuestra vida, esa vida que, como decía un poema leído no sé dónde, nadie sabe, realmente, lo que es.
Aunque nos apasione.
Debería parecerse el pasado a un museo, con sus cuadros obedientemente colgados cada uno en su lugar.
Un museo por el que pasearse, tal vez, los domingos por la mañana, cuando no hay gran cosa que hacer y apetece salir un rato de la casa del presente.
Pero no son así las cosas.
Pareciera más bien estar constituido de una sustancia móvil, fluida, que va tomando nuevas formas según transcurre el tiempo y se hace cada vez más pasado todo lo que pasó.
Una materia casi líquida, la memoria, capaz de toda case de modificaciones, eso sí, muy lentas, apenas perceptibles a la mirada, como el avance de las manecillas del reloj.
Así, de imagen en imagen, se va remodelando de continuo la película de nuestra vida, esa vida que, como decía un poema leído no sé dónde, nadie sabe, realmente, lo que es.
Aunque nos apasione.
Nadie lo sabe
Esta
manía de escribir.
Esta insistencia
en encontrar palabras
para vestir una pasión,
la vida,
que nadie sabe
lo que es.
A.S.
manía de escribir.
Esta insistencia
en encontrar palabras
para vestir una pasión,
la vida,
que nadie sabe
lo que es.
A.S.
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