Apréstome ahora, magnis itineribus·, a preparar la modesta cena de fin de año, cuyo consumo amenizará el tránsito interanual en esta la residencia de su segura servidora q.b.s.m.·, item más a la realización de otras tareas propias de responsable ama de casa, y dejadas, como es tradicional, para última hora.
Como presumo que en la misma tesitura se hallarán muchos/as de mis ocupados (y por ello, ausentes de la imprescindible lectura de este blog) lectores/as, durante el día de hoy, déjome sin más de historias y voy a lo mío.
Salud e gracia per a tots i totes (adviértase el acabado multilinguismo de esta entrada, y su toque estudiadamente aracaizante).
· Magnis itineribus: A marchas forzadas. Latinajo puesto de moda por el malogrado estadista romano Julio César, en sus idas y venidas, andanzas y correrías por el territorio de la Galia, con intenciones de conquista, significando que arreaba a su suponemos que remiso ejército para que meneara el culo a toda máquina, a fin de ganar ventaja sobre el pregabacho enemigo.
(Véase, para mayor información, la futura primera edición del Pedanterio.)
·Q.B.S.M.: Que besa su mano. Admirable fórmula de respeto carpetovetónica con la que se acababan las cartas y otras comunicaciones, tanto oficiales como privadas, en las épocas, lamentablemente olvidadas, en que la peña consideraba (o, al menos, hacía como que lo consideraba) el respeto como un valor a cultivar, ejercer y transmitir a la descendencia, esto último con los resultados de todos conocidos.
(Véase, igualmente, el proyectado Pedanterio, cuando me de por escribirlo, siempre con el debido consentimiento, y quién sabe si colaboración, de su nunca bien ponderado cocreador, el ya mencionado Pepe Montes).
Y hasta aquí, de momento.
Feliz año, cracks.
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