Fuego,
y unos ojos
que son los ojos de la tierra.
Ha dejado
varias vidas
atrás,
los hijos
de su vientre,
los hombres
de su carne,
las gentes
de su corazón,
y la soledad
viva
la sustenta.
Allí
está,
para nadie,
para sí misma,
para todo
el que la busque.
allí,
en el recinto
de su estar,
donde sabe
que puede
y sabe
que no puede.
A.S.
No hay comentarios:
Publicar un comentario