Los modelos, símbolos, mapas o estructuras míticas, científicas o filosóficas sobre la vida y el psiquismo humanos, desde el concepto de karma al Tarot o al I Ching, desde la dinámica de los cuentos y mitos a las teorías psicológicas, desde los enunciados de la mística tradicional a los de las Escuelas y autores contemporáneos (Cuarto Camino, Wilber, Washburn, etc) no son, como a veces se piensa, prescriptivos. No es que el proceso psíquico o vital haya de ajustarse a ellos. Es que ellos están construidos sobre la observación, más o menos ajustada, de ese proceso. Son descripciones, no prescripciones.
En eso, y únicamente en eso, reside su valor.
Ningún mapa modela ni modifica el territorio. Se limita a describirlo. Y ningún mapa ha de pretender sustituir al territorio. Pero puede ayudar al viajero a recorrerlo.
Si no contiene demasiadas distorsiones.
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