Impresiona darte cuenta de que todo -casi todo- lo que te movía, en realidad, no termina de apetecerte.
Libros, conocimientos, viajes, amores, experiencias, "espiritualidad", trabajos, vocaciones, formas de vida...
Todo lo más, "estaría bien"... una temporada.
Y acabaría por ser lo que hay, igual que lo que hay ahora, más o menos.
Entonces, ¿para qué?
Pero ¿cómo se vive sin deseo?
A lo mejor, es algo que deseo aprender.
¿O será que lo necesito?
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