Me produce alegría compartir.
Descubrir a otros lo que habla a mi corazón, a mi mente y a mi alma.
Pero estoy en el aprendizaje de ofrecerlo sólo a quienes lo desean.
A quienes nutre el mismo tipo de alimento.
Y se regocijan, como me ocurre a mí, cuando lo encuentran.
Y, a su vez, ofrecen lo que tienen.
Con los demás, abstenerse es un acto de amor.
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