"Muchos son los que confunden el amor y la proyección sentimental. Pensamos que es lo mismo. Pensamos que una relación sexual sin proyección sentimental es fría, mecánica. A la inversa, las yogini y los yogi piensan que no existe encuentro profundo con el otro, que por consiguiente no hay amor, cuando existe ese lazo sentimental. ¿Por qué? Sencillamente porque cuando utilizamos artimañas mentales, es decir proyecciones sentimentales, no estamos siendo sinceros con nosotros mismos. Nos engañamos y a la vez engañamos al otro. Tenemos un proyecto para nosotros mismos y para el otro. Si el otro no se adecua a este proyecto, estaremos decepcionados y se lo reprocharemos. Por ello no nos damos y no le damos al otro el espacio de libertad necesario para que el amor se manifieste.
En este caso, todas nuestras proyecciones, todas nuestras esperas, todos los impulsos de nuestro ego, todos nuestros bloqueos del flujo de la vida, se vuelven la negaciøn de la libertad del amor. El amor sin libertad no existe. La librrtad no puede coincidir con el ego, y el ego sølo puede volatilizarse con la presencia total en la realidad., sin miedo, sin estrategia, sin planificación. Sólo permanece entonces el deseo fundamental de estar en el espacio, en la no persona, en la no relación, ya que estamos en la presencia total y no dual.
El único amor que nos puede satisfacer es el que puede surgir de nosotros cuando cesan todas las proyecciones. Entonces, nadie nos puede separar de la fuente de la conciencia. Es precisamente la presencia en el flujo de esta fuente la que viven los yogi y las yogini. Al dejar de estar condicionados por los lazos, son amor, y, cuando son amor, no desean otra cosa, pues estån satisfechos y satisfacen a todo aquel que se cruce en su ca ino."
(Daniel Odier)
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