No somos nosotros quienes aceptamos, sino quienes somos aceptados.
Todo lo que aparece en nosotros no necesita de nuestra "aceptación". Está aceptado, desde el momento en que aparece. De no ser así, tal aparición no sería posible.
Lo que llamamamos "aceptar" no es más que otro pensamiento que surge, y que es aceptado.
En la inmensidad de la pura aceptación.
Se nota la lija de Baret. A mi me produjo el mismo efecto.
ResponderEliminarSeguramente.
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