Pues a mi me consuela. La muerte nos los acerca más que el tren y lo aviones y a veces sientes su voz su olor y, sobre todo, su forma de ser y de estar. Duele recordar los desencuentros con los muertos, las palabras no dichas, las caricias no proferidas... Pues eso, que no hay que ahorrar amor, ni siquiera dinero, pero desde luego no amor.
Pues a mi me consuela. La muerte nos los acerca más que el tren y lo aviones y a veces sientes su voz su olor y, sobre todo, su forma de ser y de estar.
ResponderEliminarDuele recordar los desencuentros con los muertos, las palabras no dichas, las caricias no proferidas...
Pues eso, que no hay que ahorrar amor, ni siquiera dinero, pero desde luego no amor.
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