jueves, 26 de junio de 2014

A nadie que yo sea

Llegó tan hondo,
tan honda fue la herida,

que atravesó la piedra,

la carne roja y dura
del corazón,

los huesos de los años,

las paredes de todo lo que supe,
el entramado de lo que tenía,

la piel impenetrable de la pena,

para llegar a nadie que yo sea.

A nadie que conozca
como mía.

A.S.

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