No tengo
cosa mejor que hacer
que amaros,
cosa mejor
que celebrar
vuestro existir,
llegado
-hace ya tiempo-
por mi vientre.
Y, como hace ya
tiempo
suficiente,
no tengo
cosa mejor que hacer
que dejaros
todo lo en paz que pueda.
No tengo
cosa mejor que hacer
que hacer mis cosas,
sin meterme
demasiado en las vuestras,
sabedora
de que sabéis
a dónde dirigiros
cuando necesitéis
amor, dinero,
café, charlas, abrazos
o lo que se os ocurra.
Para vosotros
siempre tengo tiempo
y sitio
en casa
y en el corazón.
Para vosotros
siempre estoy de guardia
localizada,
mientras hago
mis cosas
y miro
de reojo
cómo
van
las vuestras.
A.S.
(De Una mujer mayor)
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