"Tú eres amor. Estás hecha de amor -le dijo-. Eres amor que toma una textura distinta según en quién pones la mirada. Un hombre, un bebé enfermo, una mujer que llora una pérdida, un hijo, alguien que padece necesidad o injusticia. Eres amor, y por eso te dolerá todo siempre. Porque el amor es dolor y es herida y es tú y el otro y tú y tú misma y todo."
Eso le dijo, y ella sintió que algo se calmaba dentro. Un amor y un dolor muy antiguos. Una herida incurable. Un peso dulce y profundo y amoroso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario