sábado, 26 de julio de 2014

El sexto umbral

(a P.)

Se cruza con respeto,
el sexto umbral.

Con un poco de miedo,
con asombro
de recorrido largo,
de llegada
a donde nunca se pensó.

Mas no es Itaca
el puerto
de arribada.

Itaca sigue
detrás del horizonte,
ahora y siempre
inalcanzable para nuestros pasos.

Es sólo otra ciudad
-otra de tantas-
la que al caer la tarde
nos recibe.

Y nubla la mirada
cierto cansancio,
tal vez cierta amargura,

al comprender
-al fin se acaba
por comprender-

que no hay más que caminos
que conducen a puertos
que nunca son Itaca.

Pero sigue habiendo paisajes
por contemplar, mares
calmados o salvajes,

hombres
y mujeres
a cuyas almas
asomarse,

moradas
generosas
donde descansar,

hoy
y tal vez parte
de mañana.

Sigue habiendo viaje
y más viaje
y todavía
más viaje,

hasta que un día
del invierno remoto
de un lugar como todos,

salgan
para nosotros
las estrellas.

A.S.



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