A veces te paras un momento y puedes darte cuenta de hasta que punto estas cambiando.
Compruebo, por ejemplo, cuanto mas me he metido en el mundo, por las poquisimas ganas
que tengo de morirme.
No se trataria tanto de miedo (que tambien, pero ese es otro tema) como de fastidio.
El mundo, la vida, se han vuelto mas... reales. Y yo, tambien.
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