Contradicción y multiparadoja

¿Me contradigo? Sencillamente, hablo desde donde me encuentro en cada momento. Sobre -y en- una realidad multiparadojal.

Naturaleza impersonal

El mundo, incluyendo el social y el cultural, es naturaleza, y por tanto, impersonal. La psique, consciente e inconsciente, también.

Sin valor

Todo lo que anhela mi alma tiene menos valor que... lo que ese alma me demanda.

Una vía

La acaptación no cambia nada. No da sentido a nada. Pero abre una vía.

Ni al destino

Pero no aferrarse a nada. Ni siquiera al sufrimiento. Ni siquiera... al propio destino.

De parto

Ella, que había parido, podía reconocer ese dolor. Era un dolor de parto. El dolor de la vida, pariéndose continuamente a sí misma. Sin tregua.

Justeza

Que la vida fuera aquéllo, en lugar de lo que esperaba, había dejado de sorprenderla. Había dejado, incluso, de discutir con ello. Dolía igual, pero si se fijaba, si escuchaba con atención, podía percibir, en la profundidad de sí misma, una sensación de... justeza.

Una traición imposible

Había caminos como filos de cuchillo. Entre la tentación de abandonar el sufrimiento, de una parte, y la autocompasión, de otra. Las dos caras de una imposible traición a su alma.

A solas

Había lugares por los que, al parecer, sólo cabía caminar a solas. Con toda la soledad a cuestas.

Diálogo del miedo

-Todo esto me da miedo. -Si caminas por los espacios bajos de tí misma, necesariamente te vas a encontrar con eso que te da miedo. -Tendré miedo, pues.

Sin alternativas

Sostener su vida y sus contradicciones en vilo, sin renegar de ninguna, era un trabajo agotador de veinticuatro horas al día. Pero su alma no le daba alternativas.

Raíces

El sufrimiento aceptado enraíza en la encarnación. (El no aceptado, también.)

Un exceso de magia

Escribí en alguna ocasión sobre la inquietante capacidad predictiva de los sueños. Pues bien, es algo más que eso. A medida que te adentras en el bosque del inconsciente, esa capacidad -y otras- puede llegar a dar verdadero miedo. Al parecer, el problema no es la falta de magia y misterio del mundo, sino su exceso. Y su precio.

Peor que la muerte

En el hospital aprendes que hay cosas -muchas cosas- peores que la muerte. Infinitamente peores. Y que la sencilla normalidad es un don. Invalorable.

Oficio de costura

Avanza la madrugada y me encuentra cosiendo. Coser es una extraña tarea que ocupa ahora una parte considerable de mi tiempo libre, sin que yo termine de explicarme muy bien el motivo. Paso a paso, con la única ayuda de algunos tutoriales encontrados en la Red, he aprendido a manejar la máquina y a cortar algunos patrones rudimentarios. Pero, en esencia, voy avanzando sola, descubriendo, o mejor, redescubriendo, la solución a los problemas de un oficio desconocido, a medida que me los voy planteando. No se trata, desde luego, de una actividad práctica. La ropa que confecciono a solas, en estas largas noches de concentración casi meditativa, hace pensar más bien en un mundo de cuentos y leyendas, de damas y hechiceras, perdido entre las brumas de la infancia. Si se trata de un juego, es un juego del alma y de las manos, y me lo tomo totalmente en serio. Y es que viene el impulso de un lugar muy profundo, profundo y alejado de la razón, pero cargado de autoridad y de... sentido. Así que me someto, en una disciplina consciente, a este inconsciente mandato que ignoro a dónde me dirige. Y me pierdo en el bosque de mí misma, con miedo y con respeto, y también con un sentimiento que tiene parte de austeridad y gozo. Creando. Estoy creando, y a la vez creándome, en una forma nueva, conectada con el cuerpo, con las manos, con la imaginación y la materia. Dejándome llevar por un camino de telas y texturas, de hilos y formas envolventes. Un camino ancestral y femenino. El camino que, intuyo ciega, oscuramente, me toca, necesito transitar ahora.

Sin intervenir

Es un verdadero alivio permitir que suceda. Sin intervenir.

No sabiendo hacia dónde

Sentarse a orillas del proceso interior como a la orilla de un río: Contemplando. Dejando que suceda. Sabiendo que sucederá. No sabiendo hacia dónde.

Del hospital

Jornada a jornada, vida a vida, muerte a muerte, el hospital va labrando calladamente la tierra de mi alma. Pero algo no me deja hablar de lo que allí sucede. De lo que allí me sucede. Un cierto pudor. Un cierto respeto reverente ante algo tan íntimo y profundo, tan sutil y terrible, tan real y crudamente verdadero. No me siento con derecho a contar de aquéllo que no es mío, de lo que no me pertenece aunque tenga tanto de mí y ponga tanto en mí. Pero puede que algún día, no sé cuándo, sea el propio hospital el que decida hablar. Y sean entonces sus historias las que se cuenten a si mismas a través de mi pluma. De una pluma todo lo silenciosa y transparente que yo pueda lograr.

Sin más

Toda vida es la historia, el proceso, de una creciente decepción. Y es que las ilusiones egoicas -otra manera de decir "personales"-, carecen de sentido para... la vida. Inexorablemente, la realidad se va imponiendo. Demandando reconocimiento. Sin más

Aragón: Paisajes

Valle de almendro. / Sierra de pino y piedra. / Alto yermo de nada. / Cielo. / A.S.

En algún momento

En algún momento, no sé cuándo, Aragón se me metió en el alma. En su soledad y su silencio.

Esta mañana tan sencilla

Son reales, / las cosas. / Hierve / la cazuela / en el fuego, / y empaña / las baldosas / su vapor / perfumado. / Quema / la barandilla / del balcón, / de hierro / soleado, / y atraviesa / la tela / la diminuta / lanza / de la aguja. / Es muy real / esta mañana / tan sencilla: / la cómoda / blandura / del sillón / de cara / a la ventana, / los almendros / del valle, / la montaña / de piedra y bosque, / los pájaros / que rozan / el cristal, / yo, sentada, / mirando. / A.S.

Creatividad

La necesidad de hacer, de crear, con las manos. La emergencia de una nueva función.

Paso a paso

Paso a paso, el análisis -es decir, el proceso psíquico- se adentra en una fase que da miedo. Que da miedo de puro verdad. De puro "¡Dios, era verdad!". Ten cuidado con lo qu deseas, dicen los chinos, porque puede que te sea concedido.

Unus mundus.

No hay tiempo en el inconsciente. Lo muestran con meridiana claridad los sueños, y su inquietante capacidad... predictiva. Y, si no lo hay en el inconsciente, es que, sencillamente, no lo hay.

El conservador de la vida

Y, en las antípodas del alma, la simple, recta, clara masculinidad del verdaderamente Otro. El que pone orden en el mundo. El conservador de la vida. En su vulnerabilidad. En su poder. En su inocencia y su belleza.

Sin calor

Entiendo el desgarro, pero ¿cómo llega el frío? ¿Cómo se convierte Orsone a la crueldad sin calor?

Orsone

Orsone vagando furioso por los confines del alma. La Bestia carente de toda contencón, de todasaciedad. Pura incomplección inconsciente. Pura necesidad. Puro dolor. Hambre absoluta de amor.

Un mundo mas real

A veces te paras un momento y puedes darte cuenta de hasta que punto estas cambiando. Compruebo, por ejemplo, cuanto mas me he metido en el mundo, por las poquisimas ganas que tengo de morirme. No se trataria tanto de miedo (que tambien, pero ese es otro tema) como de fastidio. El mundo, la vida, se han vuelto mas... reales. Y yo, tambien.

Sueños

A medida que avanzo en el analisis, respeto mas la verdad, la cruda honestidad de los sueños. Y trabajo mas, tambien, con los de mis pacientes. Me estoy volviendo poco a poco, casi sin darme cuenta, una analista, eclectica y heterodoxa, pero analista. Cuando siento que es lo que tengo que ser, porque es lo que necesita quien está delante. En viaje a lo desconocido. Conmigo misma y con el otro.

Libro de reclamaciones

Ayer soñé algo así como que le pedía el libro de reclamaciones a la vida. Y me lo daba. Le importaba un huevo. Con lo que me hubiera gustado que se interesará por mis "justificadisimas" quejas. Pues nada, oye. Ni puñetero caso. Ahí lo tienes, maja. Escribe lo que se te cante. Para lo que te va a servir... O sea, como en la vida misma, y valga la redundancia.

Nothingbutelsery

Plantear que el yo no es mas que un puñado de pensamientos, se parece a decir que el ser humano no es mas que un puñado de atomos. Cierto, pero inutil a efectos de. comprension de la complejidad y la profundidad. De lo esencial, en suma. Reduccionismo puro y duro. P.S. Por cierto, que lo mismo que se dice del yo se podria decir de absolutamente todo, de Dios-Ser-Conciencia-Testigo-Alma- lo que sea- et al. para abajo, incluyendo las mesas, las cordilleras y las cucarachas, sin añadir por ello nada nuevo. La propia afirmacion seria un pensamiento. Y de ahi no saldriamos nunca. Es lo que tiene, el reduccionismo. Que se cepilla lo profundo y lo complejo en aras de verdades de Perogrullo. Y se queda tan ancho. Otro P.S. Por cierto, qué es un pensamiento?

¿Existe el yo?

Asi planteada, la pregunta no parece tener demasiado sentido. ¿Existe el yo en tanto que? ¿Existen los pensamientos, los sentimientos, las percepcipnes, las emociones? ¿Existen los complejos, los esquemas cognitivos, las tendencias psiquicas? ¿Existen un campo de consciencia y un inconsciente, con contenidos susceptibles de pasar del uno al otro? ¿Existe la materia? ¿Existe el espacio en que todo ello aparece? ¿Existe el sujeto, la pura subjetividad que presencia? ¿Es la presencia y/o la consciencia una cualidad de las cosas mismas, mas que de un Sujeto absoluto y trascendente? ¿Existen las cosas mismas? ¿Existe algo? Kant dejo ya claro que el conocimiento es siempre del fenomeno, y desde esa perspectiva todo lo anterior es cognoscoble por un yo funcional, y solo por la existencia del mismo. Del noumeno, Unus Mundus, Eso, Lo que es, et al., nada que decir. Si es que existe en un sentido otro que todo lo demas. El propio conocimiento de un yo no existente es enunciado por un yo, como minimo, funcional. Que tambien tiene sus derechos. Joer.

Jung anciano: Una reflexión

"...Habría que conservar también decentemente un poco de inconsciencia..."

Sobre Jeff Foster

Me gusta de Jeff Foster, pese a su evidente inmadurez, ese eco de lo que también percibo en Jung: Su insistencia en reivindicar lo humano. Su insistencia en reivindicarlo todo. Aunque me quedo sin dudar con el viejo maestro, y su lúcida, amarga, realista, daimonica, insobornable sabiduria.

Daniele Ribola

A tener en cuenta.

La vía del no-saber (y qué remedio)

La intuición del alma de las cosas, que hace tolerable la vida. Junto a la incoercible sospecha de que todo podría ser una pura paja mental. El camino entre los cuernos de la paradoja. En tensión.

No es el centro...

...Pero el yo también tiene sus derechos. Absolutamente...

Unus Mundus

En el Unus Mundus no hay separación, luego inconsciencia. De qué se podría ser consciente? Quién habría para serlo?

La condición de la conciencia

Es imposible la unidad con consciencia. Consciencia implica separación.