jueves, 10 de octubre de 2013
Del no saber como condición natural
-"Pero no saber es la esencia de tu psiquismo."
Lo dijo como de pasada y refiriéndose, en cierto modo, a otra cosa, pero para mí se abrió una mayor profundidad de comprensión sobre el nucleo vacío que se encuentra en el centro de todo ser humano.
Nuestra esencia, en efecto, es no saber.
Nos pasamos la vida tratando de conocer... lo incognoscible, o pensando que la "actual" falta de conocimiento sobre la vida, la muerte, y lo que queda en medio o más allá, es algo... pasajero, que alguna vez, sin duda, se resolverá a base de tiempo, o de práctica, o de revelación divina, o de...
Pues no. Seguramente, no.
El no saber, eso que el Zen llama "la mente de principiante", no es una etapa a superar, sino nuestro estado natural. Ese que nos permite "no tener lugar donde reposar la cabeza".
El que posibilita el derrumbe de todas las imágenes de nosotros mismo y del mundo que tan desesperadamente tratamos de construir, y que tan inexorablemente nos aprisionan, hasta que la vida, en su cruda misericordia, nos arroja de nuevo a pescozones a la intemperie.
El que nos incita a seguir caminando.
El que nos hace humanos.
Nuestra casa vacía.
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