jueves, 12 de septiembre de 2013
Soportar el conflicto
Uno de los temas recurrentes durante los días de este seminario con Dieter Baumann ha sido la necesidad de soportar el conflicto. De aguantar la tensión entre los opuestos, sin tomar partido por ninguno, hasta que -no siempre, sólo deo concedente- aparezca el tertium non datur, abriendo una nueva vía donde antes no había ninguna.
Uno de los ejemplos que puso me pareció particularmente impresionante. Al parecer, se lo contó Marie Luise Von Franz, quien en cierta ocasión consultó a Jung sobre una joven paciente suya, que padecía una psicosis irreductible. Tras informarse de los pormenores del caso, Jung concluyó que la causa de la locura de la chica estaba en el hecho de que su madre se había enamorado de un hombre que no era su marido, pero que, por distintas razones, había renunciado a ese amor, traicionando así al eros.
Von Franz preguntó a Jung si la mujer hubiera debido entonces marcharse con su amante, a lo que aquél contestó que no era eso lo relevante. Lo que hubiera debido hacer es soportar el conflicto, y aceptar el sufrimiento que conlleva.
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