Tenia muchas preguntas y muy pocas respuestas. Preguntas para Dios, para otros, para si misma. Mas o menos, suponia, como todo el mundo. Pero eso no le servia en absouto de consuelo. En realidad, pensaba, no habia consuelo. Para nadie.
No, no hay consuelo, pero aunque pueda sonar a "mal de muchos, consuelo de tontos", saber que no se está solo en la desazón y la angustia, que hay otros tan perdidos y deconcertados como tú, aquieta y acompaña. Como siempre, poniendo voz a la búsqueda. Tú también sabes que no estás sola. Un abrazo fuerte
No, no estoy sola en el no saber. Pero en muchos aspectos no confio en encontrar respuestas de ninguna clase. La busqueda sigue como un impulso ciego e imparable, carente de razones, como la propia vida. Sin respuestas. Un abrazo, Carmen. Y... hablaremos.
No, no hay consuelo, pero aunque pueda sonar a "mal de muchos, consuelo de tontos", saber que no se está solo en la desazón y la angustia, que hay otros tan perdidos y deconcertados como tú, aquieta y acompaña.
ResponderEliminarComo siempre, poniendo voz a la búsqueda. Tú también sabes que no estás sola.
Un abrazo fuerte
No, no estoy sola en el no saber. Pero en muchos aspectos no confio en encontrar respuestas de ninguna clase. La busqueda sigue como un impulso ciego e imparable, carente de razones, como la propia vida. Sin respuestas. Un abrazo, Carmen. Y... hablaremos.
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