Que miedo
tengo,
Dios.
Qué miedo
a lo que nunca
sucedió,
a lo que ya
jamás
sucederá,
a todo
lo que puede
suceder,
a que no
pase, nunca,
nada
más.
Al corazón
helado
Debo decirte con toda sinceridad que me ha sobrecogido este poema. Es certero, simple y resume en pocas líneas la vida de mucha gente. Sí. Me doy por aludido y, aunque mis miedos son controlables, parece a veces que los horizontes se cierran sin remedio. Todos seguimos caminando, a veces sin saber hacia qué lugar...pero qué demonios ¿acaso se puede hacer otra cosa? Un saludo y gracias por compartirlo Hasta la próxima. E.
No, no se puede hacer otra cosa. Que yo sepa. Pero da miedo. Aunque sea controlable. Sobre todo, si no lo miramos muy de cerca. Bienvenid, habitante de Martinebron.
Debo decirte con toda sinceridad que me ha sobrecogido este poema. Es certero, simple y resume en pocas líneas la vida de mucha gente. Sí. Me doy por aludido y, aunque mis miedos son controlables, parece a veces que los horizontes se cierran sin remedio.
ResponderEliminarTodos seguimos caminando, a veces sin saber hacia qué lugar...pero qué demonios ¿acaso se puede hacer otra cosa?
Un saludo y gracias por compartirlo
Hasta la próxima.
E.
No, no se puede hacer otra cosa. Que yo sepa. Pero da miedo. Aunque sea controlable. Sobre todo, si no lo miramos muy de cerca. Bienvenid, habitante de Martinebron.
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