Self

"Ese "algo" nos es ajeno y sin embargo tan proximo, un enteramente nosotros y empero irreconocible,  un punto medio virtual de tan misteriosa constitucion, que puede reclamar parentesco con bestias y dioses, con cristales y estrellas, sin movernos a asombro y a suscitar nuestra desaprobacion.  Ese algo reclama tambien todo esto; nosotros nada tenemos en las manos que podamos oponer justificadamente a  ese reclamo, y es saludable escuchar esa voz."  (C. Jung)

Alma, conciencia y ley moral

"La superacion paulatina de la ley (moral) solo atanne a aquel cuya comprension le permite poner el alma en lugar de la conciencia. Muy pocos estan capacitados para ello... y aun estos pocos siguen ese camino solo en virtud de una interna necesidad, por no decir apremio, pues ese camino es estrecho como el filo de una navaja. (C. Jung)                           (Y, annado yo, es conveniente tener en cuenta el peligro de, parafraseando a Wilber, confundir lo pre-moral con lo trans- moral.)

Lo malo y lo mejor

"Lo que hoy se experimenta y reconoce como malo, o por lo menos carente de sentido y valor, puede aparecer, en un grado mas alto de experiencia y conocimiento, como una fuente de lo mejor, lo cual, naturalmente, depende de como se maneje uno con sus siete diablos. Explicarlos como meros sinsentidos, despoja a la personalidad de su correspondiente  sombra, con lo cual pierde la forma que le es propia. La "forma viva" necesita sombras profundas para que aparezca en toda su plasticidad. Sin esas sombras queda como un trampantojo sin volumen real, o un ninnito mas o menos malcriado..."          (C. Jung)t

Con-centracion

Habia llegado para ella el tiempo de con-centrar. De sellar todas las fugas de energia y tomarse realmente en serio. Oficiar en su propio proceso. Alumbrar-se a si misma y a lo que a traves de si misma pedia nacimiento. Encarnar-se y encarnar. Plasmar en la materia su mundo interior y su ser. Exactamente, eso.

Humildad

Hay sufrimientos que no estan hechos a la medida de lo humano. Hay sufrimientos para los que no hay palabras. Ante los que solo cabe el silencio. Y el respeto. Y el amor.

Para nadie

Tenia muchas preguntas y muy pocas respuestas. Preguntas para Dios, para otros, para si misma. Mas o menos, suponia, como todo el mundo. Pero eso no le servia en absouto de consuelo. En realidad, pensaba, no habia consuelo. Para nadie.

Hambre de belleza

Es una necesidad, la belleza. Estaba hambrienta de esta hermosura, de este salvajismo, de esta crudeza de bosque y piedra y vida animal sin paliativos. Y estoy hartandome, llenando las alacenas del alma hasta rebosar. Porque voy a necesitar hasta la ultima gota para seguir adelante, haciendo lo que tengo que hacer. Cuando vuelva.

Consigo misma

Había buscado afuera la comunión de una pasión salvaje por la vida y la muerte, por las cosas todas, los espacios, los misterios.  Un alma capaz del arco completo de lo humano, de lo alto a lo profundo y mas allá.
Había buscado y buscado hasta encontrarse allí donde buscaba, justo en su propia alma. En el centro vacío de su arco, con toda su pasión e intensidad.
Sola consigo misma.

Y mirar allí...

Había llegado hasta el final de donde podía ir, y tampoco allí había respuestas.
Se prometió no olvidarlo. Se prometió recordarlo una y otra vez, y dejar para siempre jamás de buscar afuera lo que afuera no estaba.
Centrarse.
Quedarse consigo misma.
Excavar en sí misma, hasta llegar al fondo, al pozo, a la fuente, al sitio último de la profundidad.
Y mirar allí...

Crudeza

La absoluta crudeza de la vida, el sufrimiento y la muerte se volvió de una evidencia insoslayable. La vulnerabilidad e impermanencia de todo lo que amaba, también. Se sentía abierta de arriba a abajo, el cálido interior expuesto a la indiferencia y la brutalidad de la materia. Únicamente el amor, el sencillo amor humano, dotaba de belleza, dignidad y sentido a ese horror frío, impersonal, ausente de toda ternura.

Comadronas del misterio

"Los momentos en que la mujer humana "es la Diosa" o la Gran Madre se convierten en momentos sagrados en que ambas comparten un mismo cuerpo bendecido por la divinidad. Morgana asume este papel cuando sostiene en brazos a un moribundo Arturo... "Y Arturo finalmente yacía con su cabeza en mi regazo, viendo en mí no a una hermana ni amante ni enemiga, sino sólo a una mujer sabia, sacerdotisa, Dama del Lago; y asií descansó sobre el seno de la Gran Madre de la cual nació y a la cual todos los hombres deben regresar."  Morgana está ayudando a Arturo en su viaje de la vida a la muerte... En ese momento, Arturo está en manos de la Diosa, a la que experimenta a través del calor y el amor de una mujer humana... Es un momento sagrado; gracias a ella, los últimos instantes de Arturo pueden impregnarse de paz, seguridad y gracia. Morgana actúa como una comadrona, ayudando a un alma a traspasar el umbral de la vida a la muerte... Estos momentos de transición... forman parte de los misterios que se están recuperando...He hablado con mujeres que, instintivamente, han acogido en sus brazos a personas que estaban a punto de morir... Estoy convencida de que las mujeres necesitan contar esta experiencia..." (J.S. Bolen)

Vacaciones

Creo que no recuerdo una época con mayor necesidad de descanso que ésta.

Porque no recuerdo una época de un trabajo tan duro. Y tan hermoso.

Pero salgo del hospital quince días.

Con el propósito firme de desconectar.

Y dedicarme... a nada.

Tertium non datur

Para la psicología profunda, el proceso de individuación comienza -y, añado yo, avanza- con un dilema irresoluble, en el cualquier decisión se vuelve imposuble. Si, en lugar de tratar de improvisar una salida, se aguanta la tensión entre los opuestos,  entonces -deo concedente- puede aparecer el tertium nos datur, el camino inesperado más allá de esos opuestos.
O, dicho en otro lenguaje, cuando ante un dilema no se puede ir en ninguna dirección, lo único que queda es profundizar. Y ahí comienza... algo que nos lleva más adentro, en nuestro encuentro con nosotros mismos.

Siempre que se narra un cuento...

“Siempre que se narra un cuento, se hace de noche. Dondequiera que esté la casa, cualquiera que sea la hora, cualquiera que sea la estación, la narración del cuento hace que una noche estrellada y una blanca luna se filtren desde los aleros y permanezcan en suspenso sobre las cabezas de los oyentes. A veces, hacia el final del cuento, la estancia se llena de aurora, otras veces, queda un fragmento de estrella o un mellado retazo de cielo de tormenta. Pero cualquier cosa que quede es un don que se debe utilizar para trabajar en la configuración del alma”
(Clarisa Pinkola Estes)

En silenciosa comunión

Dejar
de desear,
porque la suerte
de la vida
está
echada
hace tiempo.

Ser
como el vientre
abierto
de la mar,
que acoje
lo que traen
los ríos

en silenciosa
comunión.

A.S.
(De: Una mujer mayor)

Miedo

Que miedo
tengo,
Dios.
Qué miedo
a lo que nunca
sucedió,
a lo que ya
jamás
sucederá,
a todo
lo que puede
suceder,
a que no
pase, nunca,
nada
más.
Al corazón
helado

de la muerte.

A.S,.

"Tú y yo somos de la misma sangre..."

Cobijar entre las manos a un cachorrito humano diminuto, hasta que, poco a poco, se va marchando. Acompañar, en silencio, su partida. Despedirlo. En nombre de toda nuestra especie.