¿Sabes? Estoy hasta los ovarios de tragarme disciplinadamente toda la mierda que te dignas volcar sobre mi vids, y además tratar de construir algo con ella.
No sé si tengo, si he tenido, si voy a tener, algo distinto de esa vida que tan aplicadamente te ocupas de joder. Caso de que existas, y que seas algo más que un bonito nombre para el azar ciego.
Pero, tanto si existes, como si casi existes o te he inventado yo, te estoy cogiendo una manía creciente. Por no hablar de odio africano. Por pedezo de cabrón.
Y eso, quedándonos en lo personal. Porque, si nos metemos en lo social - que es lo personal multiplicado por n- me faltan adjetivos en el diccionario para describir esta... obscenidad, de la que, al parecer, te complace ser testigo. Perdón, Testigo, con mayúscula.
Allí, escondido a buen recaudo en tu jodida trascendencia. A salvo y a distancia de nuestro anhelo.
So bicho.
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