domingo, 9 de noviembre de 2014

Las relaciones han de ir mal

Es absurdo pretender que una relación vaya "bien". Las relaciones importantes -amorosas, matrimoniales, filiales, amistosas...- han de ir "mal", van "mal" por definición, porque se originan en una proyección en cuya retirada se basa el proceso relacional. Un proceso que suele incluir el intento de conformar al otro a imagen y semejanza de la imagen interior proyectada, hasta que la imposibilidad -e injusticia- de tal intento resulta evidente. Entonces, la relación puede acabar o continuar, "bajando" a tierra. Con el tiempo y el número de relaciones, se comprende el mecanismo y, con suerte, algo de humildad y toneladas de humor, disminuyen o cesan (casi, más o menos) las ilusiones.
Y , Deo concedente, se comienza a conocerr, respetar y dejar en paz a la gente, para que sea como es. Se comienza, modesta y humanamente, a amar a las personas, en lugar de a las proyecciones. Y... las relaciones siguen yendo razonablemente "mal".

(Pero, ademås de todo lo anterior, está el misterio. El misterio que habita en el alma de cada relación.)



No hay comentarios:

Publicar un comentario