En mi paisaje interno hay una cabaña de piedra y tapial, en medio de la nada.
En el lugar de nadie, sobre las tierras altas, debajo de los cielos.
Apenas una estancia, lumbre, una mesa...
Fuera, el taller del fuego, el huerto y la leñera.
Arriba, el viento y las estrellas.
La soledad.
Deo concedente, la re-crearé en materia.
Encarnará.
La dará a luz, mi alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario