martes, 18 de febrero de 2014

Tonterias, las justas

Una de las ventajas de la madurez es el creciente sentimiento de una libertad obvamente relativa, pero muy real. Una ya no esta para aguantar estupideces, y no las aguanta. Una ya no esta para dejar de hacer lo que quiere -o hacer lo qu no quiere- por prejuicios propios o ajenos. Y va y lo hace.O no lo hace, segun sea el caso. Todo ello, claro, dentro del sentido comun. Y es que tonterias, las justas. Que siempre hay que tragar con algunas, no obstante.

4 comentarios:

  1. ...Aquí poco tengo que decir, aunque comprendo el sentido de la declaración...

    Me llamó la atención la escueta palabra del blog de Delia.

    Un abrazo.

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  2. Sí. A veces, bastan muy pocas palabras.

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  3. Qué envidia siente esta alma inmadura... A fin de cuentas, los años nos dotan del placer de la autodeterminación y la imposibilidad de seguir perdiendo lo que se sabe ya se puede perder.

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  4. Si. El problema es siempre el precio. La vida que se lo va quedando todo.
    Llegara el momento en que pida tambien esa libertad. Y la poca lucidez que
    hayamos podido ganar.
    Y la inmadurez es, me temo, una condicion eterna.

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