jueves, 26 de diciembre de 2013

Los cielos del invierno

A mil trescientos metros de altura, en una noche sin luna, de cristal y viento, los cielos del invierno arden como antes, como nunca, fuegos de escarcha blanca y luminosa. Parada en medio de lo oscuro, bebo frio y belleza, y no puedo arrancarme de alli, a pesar de la cara y las manos insensibles, de los pies dormidos sobre la tierra helada.

2 comentarios:

  1. Es la belleza implacable de la naturaleza que nos deja extasiados porque es más verdad que cualquier sofisticada obra humana.
    Recobrarla en este año que va a empezar debe ser nuestro propósito de vida

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