El análisis está resultando una bendición.
Ese tiempo de autorreflexión, de rendirse (en plena consciencia) a la dirección del inconsciente, de revisión y puesta en orden, ayuda bastante más de lo que esperaba a la construcción-destrucción interior.
Y eso se nota. En el trabajo. En el amor. En la vida.
En la aceptación de lo que es.
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